¿Deben los profesionales sanitarios prescribir fuentes de información?

Cuando nos enfrentamos a un diagnóstico o un problema de salud es habitual que todos, de una forma o de otra, recurramos a informarnos de ello por todos los medios posibles. Y la primera vía de todas es, como no puede ser de otra forma, Internet con sus casi infinitas fuentes de consulta y posibilidades.

Si lo hemos hecho (y estoy seguro de que nos habrá sucedido a todos en un momento u otro) nos habremos dado cuenta de la gran cantidad de información que podemos encontrar en la red. Este exceso de información, en ocasiones contradictoria o demasiado poco comprensible para el público en general produce una sensación de malestar, dudas, preocupación o incluso ansiedad.

En este punto nos preguntamos si los profesionales de la salud deberían prescribir a los pacientes fuentes de información adecuadas y rigurosas para que éstos puedan ampliar la información disponible ante un problema concreto de salud.

Los médicos ya ofrecen información pero, ¿es suficiente?
Efectivamente, los médicos siempre informan (o deberían) a sus pacientes en relación con sus problemas de salud. No estamos, ni mucho menos, poniendo en duda este punto, que está fuera de toda cuestión.

Sin embargo también es cierto que cuando el paciente llega a su casa posiblemente no se acuerde de todo lo que se le ha contado o que sencillamente quiera ampliar la información sobre ese diagnóstico que se le ha dado, alternativas al tratamiento o, simplemente, conocer la experiencia de otros pacientes con la misma dolencia. Es algo lógico y normal que le ha sucedido a todo el mundo.

En este punto entran en juego las nuevas tecnologías e Internet, con sus inagotables fuentes de información y referencias. Para cualquier duda podemos llegar a decenas de sitios web donde satisfacer nuestra curiosidad o responder a nuestras dudas o preguntas. Pero, ¿son todas igualmente fiables? ¿Con cuáles debe quedarse el paciente?

La necesidad de encontrar fuentes fiables
Por lo tanto y como primer problema los pacientes nos encontramos con la necesidad de escoger entre todas las fuentes de información disponibles y seleccionar aquellas que ofrecen datos más fiables o utilizan un lenguaje más accesible.

Sin embargo, en muchos casos, este proceso es demasiado lento y requiere de la visita a muchas páginas que por el camino van sembrando de dudas y nuevas incógnitas antes que solucionar las ya existentes. Creo no equivocarme si afirmo que muchos de nosotros lo hemos sufrido.

¿Deben los médicos prescribir información en la red?
Puesto que siempre existirá una necesidad de información adicional y que hay demasiadas fuentes de información disponibles nos preguntamos si los médicos deberían además prescribir o sugerir alguna de las disponibles para que los pacientes puedan complementar lo aportado por ellos mismos en la consulta.

Es muy posible que los propios profesionales conozcan de primera mano páginas o sitios web que ofrecen información clara, veraz y contrastada, que pueda ayudar a sus pacientes a documentarse sobre sus dolencias. Sería mucho más sencillo para ellos (nosotros) llegar a casa y completar con ellas las dudas que pudieran surgir.

¿Hay alternativas o soluciones a estos problemas?
Al margen de recurrir a las fuentes de información ya disponibles, ¿se podría identificar alguna otra vía de solución a este problema de exceso de información?

Con toda seguridad los profesionales tienen a su alcance mucha información que, a través de las páginas de las propias organizaciones sanitarias, podrían poner a disposición del público en general y de sus pacientes en particular. Estos espacios habilitados por los propios hospitales y servicios de salud podrían servir de punto de partida para que los pacientes comiencen ese proceso de investigación.

Por otro lado, las sociedades científicas (o incluso las propias organizaciones) podrían avalar la información ofrecida en Internet, creando sellos de calidad o distintivos que ayudasen a los pacientes a seleccionar las mejores páginas para documentarse.

También los propios médicos podrían disponer de sus propios canales de comunicación con sus pacientes, cosa que desde la práctica privada es más habitual. Esta labor es quizás la más compleja (por el esfuerzo individual que requiere) y podría apoyarse en la labor de los colegios profesionales o asociaciones que ayudarían a que este trabajo (inicialmente individual) se transformase en un esfuerzo colectivo con el objetivo de crear fuentes de información adecuadas a los pacientes y sus patologías.

Creemos que debe realizarse un esfuerzo colectivo por crear o señalar fuentes de información fiables para que los pacientes puedan resolver las dudas o preguntas sobre sus problemas de salud. En este sentido la labor de los profesionales es, como siempre, fundamental para orientarlos hacia los mejores puntos de información disponibles hoy en día, que son muchos.

¿Creéis que los médicos deberían prescribir a sus pacientes fuentes de información fiable y accesible? ¿Conocéis algún caso en el que esto ya se esté llevando a cabo?
..Pedro Gonzalo. Hablando de eSalud

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