Expertos alertan de que en España solamente hay un desfibrilador semiautomático por cada 100.000 personas

En España sólo hay un desfibrilador semiautomático por cada 100.000 personas, pese a que cada año se producen unos 30.000 fallecimientos por parada cardiaca fuera del ámbito hospitalario, y es que así lo avisan expertos de B+Safe Almas Industries.

En relación a otros países, no se exagera al decir que España está a la cola, y es que se trata de una cifra “muy alejada” de la de naciones europeas como Alemania o Dinamarca, donde hay casi 10 unidades, Francia, con 15,7 y, a “años luz” de Japón, donde hay 47 por cada 100.000 habitantes.

Tener solamente un desfibrilador semiautomático por cada 100.000 personas en España, hace que en nuestro país, tras sufrir una parada cardíaca, el índice de salvación se sitúa en un 4%, mientras que en Estados Unidos alcanza el 50% gracias a la implantación masiva de desfibriladores semiautomáticos en espacios públicos. “Estas cifras demuestran que pese a los avances producidos en los últimos años, la cardioprotección en España todavía está lejos de ser una prioridad, aunque la tendencia está cambiando”, afirma el director general de B+Safe Almas Industries, Nuño Azcona.

Un dato preocupante que se desprende de la Encuesta de Cardioprotección en España realizada por B+Safe y avalada por la Fundación Española del Corazón (FEC), es que apenas un 30% de los españoles se considera capaz de atender alguna incidencia cardíaca en sus proximidades; sin embargo, un 84% afirma que sí conoce qué es un desfibrilador.

Por otra parte, también según el Estudio de Cardioprotección en España 2016 que ha realizado B+Safe, sólo una de cada tres personas sabría realizar una reanimación cardio-pulmonar (RCP) en caso de presenciar un ataque cardíaco.

Azcona recuerda que en España hay Comunidades Autónomas como Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña y País Vasco que han regulado qué espacios públicos deben disponer de desfibrilador. Por su parte, otras como Madrid y Murcia han anunciado la próxima entrada en vigor de una normativa al respecto. “Es necesario establecer cuanto antes la obligatoriedad y cierta homogeneidad en todo el país para poder reducir las altas cifras de mortalidad que producen las paradas cardíacas fuera del ámbito hospitalario en España y que constituyen un grave problema de salud pública”, indica el experto.

En España, esas más de 30.000 muertes anuales por parada cardiaca, con el uso de desfibriladores se podría reducir sobremanera, y es que únicamente se puede evitar actuando en los primeros cinco minutos con un desfibrilador y la reanimación cardiopulmonar, lo que hace que sea crucial tener un desfibrilador cerca y que las personas del entorno sepan cómo manejarlo. Con el uso de estos aparatos se incrementan en más de un 70% las probabilidades de recuperarse tras un paro cardíaco.
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