Una investigación de la UNED muestra que la hiperactividad puede esconder una alteración en la transmisión de dopamina

Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han mostrado en ratas hiperactivas que la hiperactividad puede esconder una alteración en la transmisión de dopamina, un hallazgo que hace que sean resistentes a determinados fármacos que, en situaciones normales, deberían reducir este comportamiento.

El trabajo que, ha sido publicado en el Journal of Psychopharmacology, señala que cuando se administró comida en pequeñas dosis y de manera intermitente a las ratas, inmediatamente después bebían una pequeña cantidad de agua, incluso sin tener sed. De hecho, han observado que, bajo este patrón de comportamiento, las ratas pueden llegar a beber hasta la mitad de su peso en agua, triplicando su consumo normal al día. Este método que es conocido como polidipsia inducida por programa, resulta útil para estudiar las conductas adjuntivas o excesivas.

En esta ocasión, los investigadores buscaban evaluar los efectos de dos fármacos en el desarrollo de este tipo de conductas, el metilfenidato y la dextroanfetamina, cuya función principal es liberar dopamina en la región intersináptica, el espacio disponible entre neuronas dopaminérgicas.

El experimento se llevó a cabo en tres tipos de ratas, entre ellas la rata hipertensa espontánea (SHR), una cepa habitual en este tipo de estudios por su hiperactividad e impulsividad. Hay que destacar que a la dopamina, se la conoce como un neurotransmisor asociado a la motivación, y que juega un papel clave en el déficit de atención y la hiperactividad.

Una vez al día, durante 40 sesiones, se les entregaba pequeñas bolas de comida en diferentes intervalos de tiempo para que desarrollaran la polidipsia, es decir, la necesidad exagerada de beber demasiado líquido.

La segunda fase consistió en repetir el programa durante tres meses pero esta vez suministrando las drogas, dos veces a la semana. A diferencia de sus compañeras, las ratas SHR -hiperactivas- mostraron menor sensibilidad a los fármacos y solamente pudieron dejar de beber compulsivamente bajo una dosis muy elevada.

Estas conductas, llámense adjuntivas o inducidas por programa, no son tan diferentes de las conductas no inducidas o reforzadas directamente porque el comportamiento es similar y porque la explicación de alteración dopaminérgica podría ser la misma”, explica Ricardo Pellón, coautor de la publicación. “Pensamos que es necesaria una cierta pertinencia de la conducta que se va a enseñar con el reforzador que se está utilizando, y en ese sentido todas las conductas son relativamente parecidas”, añade.

Actualmente, el equipo está investigando los mecanismos neurobiológicos que entran en juego a la hora de adquirir y mantener estas conductas para llegar a comprender mejor las patologías asociadas, entre las que también se encuentran numerosas adicciones y trastornos alimenticios.
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