El director médico del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), Borja Corcóstegui, ha implantado por primera vez en España el chip de retina ‘IRIS II’ a un hombre de 75 años con retinosis pigmentaria desde hace más de 30, lo que le provocó una pérdida visual progresiva que derivó finalmente en ceguera.
“La visión artificial ofrece una esperanzadora alternativa a este y otros casos de distrofias de retina y ya representa una realidad”, aunque tal y como han comentado los responsables de Pixium Vision, compañía desarrolladora del chip, “estamos al principio del camino”.
En concreto, la principal ventaja del ‘IRIS II’ respecto a modelos anteriores, es su reversibilidad gracias a un método de anclaje que permite su extracción y posterior reemplazo por versiones más evolucionadas, en las que, según informan, ya está trabajando la compañía.
Además, al fijarse sobre la retina, la intervención se simplifica y se reduce sobremanera el riesgo de complicaciones quirúrgicas. Otra prestació que incorpora, y que por ende supone una mejora, es un mayor número de electrodos, y es que pasan de 50 a 150, por lo que cabe esperar una definición “superior” de las imágenes proyectadas sobre la retina y captadas a través de una minicámara bioinspirada, que se instala en las gafas que completan el sistema.
“Sin embargo”, como comenta Corcóstegui, “el gran salto en cuanto a resultados visuales vendrá de la mano de la próxima generación de estimuladores eléctricos de la retina, que prometen una mejora determinante en la calidad de vida de los pacientes”.
Al respecto, el paciente podría percibir algunas sombras que le ayuden a reconocer si tiene objetos delante. Por eso, su motivación a la hora de someterse a esta cirugía, que ha durado tres horas y media, es “experimentar algún beneficio y contribuir al progreso médico y científico”.
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Foto: IMO Instituto de Microcirugía Ocular
