El Instituto ECRI ha hecho público el último informe Top 10 Hospital C-Suite Watch List 2017 que selecciona las 10 tecnologías sanitarias emergentes que revolucionarán el mundo de la medicina este año. En esta ocasión, la edición está encabezada por la biopsia líquida, una técnica que permite realizar pruebas genéticas e identificar variantes y mutaciones a partir de sangre, plasma, suero y orina del paciente. Esta fórmula, más rápida y segura que las técnicas tradicionales, evita la utilización de agujas y biopsia quirúrgicas, así como las infecciones adquiridas en los hospitales: “Todos los avances que se produzcan en nuevas técnicas clínico/asistenciales para combatir infecciones contribuyen a mejorar la salud de los pacientes y a reducir los costes generados por estas complicaciones”, señala Jesús Lucinio Manzanares Pedroche, presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC).
Según los autores de este estudio, hay más de 40 empresas y laboratorios en el mundo que están desarrollando y comercializando la biopsia líquida con diferentes tecnologías y métodos. Hasta este momento, los avances se han concentrado en el campo de la Oncología, donde esta técnica tiene un mayor potencial. Sin embargo, la guía elaborada por el Instituto ECRI advierte de la necesidad de mejorar algunos aspectos como la gestión del proceso, el orden apropiado de la prueba, una evaluación independiente de los resultados, su validez clínica para garantizar su efectividad y la falta de información y formación entre los profesionales sanitarios y los pacientes.
El segundo puesto del informe Top 10 Hospital C-Suite Watch List 2017 lo ocupan las nuevas pruebas genéticas que predicen los riesgos de adicción a opioides. Estas soluciones se basan en combinaciones de variantes genéticas asociadas a una mayor probabilidad de desarrollar adicción a estos fármacos o una mala respuesta para el alivio del dolor del paciente. En este caso los autores ponen el foco de atención en el gran número de variantes genéticas involucradas en la vulnerabilidad a la adición, por lo que señalan que todavía es necesario avanzar más en el conocimiento del papel que desempeñan algunas de ellas con el objetivo de lograr herramientas más eficaces.
En este sentido, un equipo de investigadores de la Universidad de Massachusetts está desarrollando, según el informe, biosensores usados como relojes de pulsera que podrían determinar la probabilidad de recaer en esta adicción a partir de ciertas características fisiológicas, como los cambios en la temperatura corporal, la actividad electrodérmica y el movimiento. Sin embargo, los autores reconocen que todavía falta evidencia científica en este tipo de ensayos. Por este motivo, recomiendan aportar por la investigación y desarrollar herramientas más fiables a la vez que se establecen protocolos de tratamiento que integren la atención médica y equipos de salud mental.
En tercer lugar, se encuentra el proyecto piloto de la Universidad de Michigan Michigan Surgical and Health Optimization Program (MSHOP), (Programa Quirúrgico y de Optimización en Salud), que persigue reducir las complicaciones, los costes derivados de las largas hospitalizaciones y la mortalidad de la cirugía abdominal. Esta iniciativa se centra en la preparación prequirúrgica a partir de la monitorización de hábitos de vida, como la alimentación, el ejercicio, medidas para mejorar la función pulmonar y la reducción del estrés antes de la cirugía. Según los investigadores, esta herramienta redujo las estancias hospitalarias una media de dos días y los costes hospitalarios en unos 2.300 euros por paciente en la primera prueba en hospital. Estas cifras motivaron su extensión a 40 centros de Michigan y se estudia replicar el modelo a otros Estados. Este no es el único programa de preparación prequirúrgica, la Universidad de Duke ha implementado su propia herramienta para pacientes que deben someterse a una cirugía mayor con diabetes, anemia, malnutrición, síndromes de dolor complejos y una tolerancia pobre al ejercicio.
Completan el listado del Top 10 Hospital C-Suite Watch List 2017 los procesos de gestión hospitalaria que guían las decisiones de planificación a largo plazo, las LED Ultravioleta-C para la desinfección, ‘Pepper’, el primer robot humanoide que puede interpretar el lenguaje corporal humano y leer la emoción para responder a las necesidades del paciente, la cirugía robótica, las imágenes fluorescentes endoscópicas, la inmunoterapia y terapia con células madre para la enfermedad de Crohn y las vacunas contra la diabetes tipo 1. En el caso “Pepper”, el Instituto ECRI destaca su uso en la gestión de las alertas, uno de los peligros considerados como más importantes en la última edición del Top 10 Health Technology Hazards, tal y como explica Manzanares Pedroche.
El informe del Instituto ECRI tiene como objetivo servir de guía a la industria en la toma de decisiones y en la compra de nuevos dispositivos tecnológicos. Para ello, los autores remarcan la importancia de analizar su rentabilidad, desde una perspectiva más amplia que el simple ahorro económico, y de acompañar esta tecnología con una correcta infraestructura y suficientes recursos humanos. En este sentido, el presidente de la SEEIC considera fundamental que todas las decisiones enfocadas hacia el correcto control, aprovechamiento y uso de los recursos tecnológicos sanitarios y sus sistemas, así como fungibles asociados (PSANI o Producto Sanitario Activo No Implantables), residan en los Servicios de Electromedicina e Ingeniería Clínica: “Estos Servicios deben desempeñar un papel estratégico en el organigrama de los centros sanitarios con el fin de velar por la seguridad del paciente y del equipo clínico/asistencial”.