En cinco años la mortalidad por malaria se redujo un 29% en el mundo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado los datos sobre la malaria, mostrando un descenso entre los años 2010 y 2015 de la incidencia de la enfermedad a nivel mundial de un 21% y de la mortalidad un 29%. Además, la tasa de muerte por malaria entre los niños menores de cinco años, uno de los principales grupos de riesgo de contraer esta enfermedad se ha reducido también un 29% en todo el mundo. Unas cifras que, esperanzadoras, por desgracia no son suficientes para conseguir la erradicación de la enfermedad.

Uno de los mayores problemas que presenta el abordaje de la malaria, que actualmente no cuenta con una vacuna autorizada para su prevención, es la dificultad por reconocer sus primeros síntomas, los cuales se caracterizan por dolor de cabeza, escalofríos, vómitos y fiebre. Sin embargo, si no son tratados en las primeras 24 horas se pueden agravar y provocar la muerte.

En concreto, cuando la enfermedad se agrava en los niños, provoca anemia grave y sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólico o paludismo cerebral, mientras que en los adultos suele ser frecuente que origine una afectación multiorgánica.

Al respecto, la OMS destaca la importancia que tiene que antes de que se administre el tratamiento, se confirme el diagnóstico con métodos parasitológicos que permiten obtener los resultados en menos de 30 minutos. “La prescripción de un tratamiento basada únicamente en la sintomatología debe reservarse para aquellos casos en los que no sea posible hacer un diagnóstico parasitológico”, destaca el organismo.

Medidas para eliminar la malaria
Aunque se están produciendo muchos casos de resistencias a los antipalúdicos, especialmente en las regiones de Camboya, Myanmar, República Democrática Popular Lao, Tailandia y Vietnam, en estos países, gracias a una orientación técnica realizada en 2014 por el Comité Asesor de la OMS en Políticas sobre la Malaria, han elaborado planes nacionales de eliminación de la enfermedad.

Otras medidas pasan por aplicar a las embarazadas terapia profiláctico intermitente con sulfadoxina-pirimetamina en cada consulta; administrar tres dosis de tratamiento profiláctico intermitente con sulfadoxina-pirimetamina, junto con las vacunaciones sistemáticas, a los lactantes de las zonas de África, y dar tandas mensuales de amodiaquina y sulfadoxina-pirimetamina a los menores de cinco años durante la estación de máxima transmisión.

Para 2020 la OMS tiene como objetivo reducir la incidencia de la malaria en al menos un 40%
La OMS se ha marcado como objetivo para 2020 reducir la incidencia de la malaria en, al menos, un 40%, la mortalidad en un 40%, y eliminar la enfermedad en unos 10 países, además de impedir su reaparición en las naciones que se ha certificado su ausencia. Cabe recordar que en los últimos años se ha confirmado la erradicación en los Emiratos Árabes Unidos (2007), Marruecos (2010), Turkmenistán (2010), Armenia (2011), Maldivas (2015), Sri Lanka (2016) y Kirguistán (2016).

Para alcanzar estas metas es necesario que se asegure el acceso universal a los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento del paludismo; agilizar las actividades destinadas a la eliminación y lograr la certificación de ausencia de enfermedad; y conseguir que la vigilancia de la malaria se considere como una “intervención básica”. La OMS considera un país libre de malaria cuando no ha registrado ningún caso durante tres años seguidos.

¿Qué es la malaria?
También llamada paludismo, la malaria es una enfermedad infecciosa que solamente la transmiten determinadas especies de mosquitos del género ‘Anopheles’, y únicamente las hembras de esas especies.

Hasta cuatro tipos de parásitos del paludismo humano existen: ‘Plasmodium vivax’, ‘Plasmodium malariae’, ‘Plasmodium ovale’ y ‘Plasmodium falciparum’.

El paludismo lo causa el parásito ‘Plasmodium’, que pasa a la hembra de ‘Anopheles’ cuando para obtener la sangre que necesita para alimentar a sus huevos, el mosquito pica a una persona infectada.

El paludismo por ‘falciparum’ es la forma más mortífera y abunda sobre todo en el África subsahariana.

En 2015 se registraron 212 millones de casos, 429.000 personas murieron y cada dos minutos provocó la muerte de un niño menor de cinco años en todo el mundo. Es el África subsahariana la zona con mayor carga mundial de la malaria, en concreto, en 2015 el 90% de los casos y el 92% de los fallecimientos se registraron en esta región y, de ellos, el 70% eran niños de hasta cinco años de edad.
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