Las Unidades de Dermatología, Grandes Quemados y Cirugía Plástica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, han implantado recientemente un nuevo protocolo de tratamiento para la Necrosis Epidérmica Tóxica (NET), con el que hasta ahora no ha fallecido ninguno de los ocho pacientes atendidos según las nuevas pautas, cuando esta enfermedad que, causa desprendimiento de la piel, tiene una tasa de mortalidad que oscila entre el 30 y el 40%.
Este nuevo protocolo implantado por las citadas unidades que lideran los doctores Julián Conejo Mir y Tomás Gómez Cía, han sido merecedores del primer premio nacional otorgado por el Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) que, celebrado en Santiago de Compostela en el pasado mes de noviembre, está considerada como la cita científica más importante de la dermatología española, después del Congreso Nacional de la Asociación Española de la Dermatología y Venereología.
Como recoge el hospital en un comunicado, el éxito de este nuevo protocolo, como es el hecho de que los ocho pacientes que fueron atendidos no hayan fallecido, “aún es pronto para extraer las conclusiones definitivas”.
La Necrosis Epidérmica Tóxica es una patología exfoliativa de la piel que puede llegar a afectar a la práctica totalidad de la superficie cutánea. En el 80% de los casos se asocia un fármaco como posible causa, particularmente antiinflamatorios no esteroides, antibióticos y anticonvulsionantes que provocan una reacción inflamatoria considerable.
La NET se trata de una patología muy rara, y es que presenta una prevalencia de 1-3 casos por millón de habitantes y año. Aunque puede sucede en cualquier grupo de edad, presenta una mayor incidencia en adultos y en el sexo femenino. En España es tratada en unidades de referencia, entre las que se encuentra la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Virgen del Rocío, que recibe pacientes de Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla.
Hasta el pasado año, como recoge el comunicado, “el protocolo internacional aceptado para esta enfermedad incluía la prescripción de corticoides e inmunosupresores. El objetivo era frenar la cascada inflamatoria que, a nivel multiórganico, desencadenaba el fármaco causante de la necrosis”.
Los fármacos que se empleaban producían más perjuicios que ventajas a los pacientes
Año tras año, a tenor de los resultados que se obtenían y que reflejaban los fármacos que se incluían en las guías de tratamiento internacionales de la enfermedad, un equipo de especialistas integrado por los doctores Purificación Gacto, Jose J. Pereyra y Jesús Carbajal llegó a la conclusión “de que la mayoría de los fármacos producían más perjuicios que ventajas”.
Por ello, hace siete meses, a la vista de la “experiencia que acumulaban en el tratamiento y seguimiento de estos pacientes, junto al análisis de la evidencia científica disponible”, pudieron “consensuar que estos medicamentos agravaban la mortalidad del paciente” con Necrosis Epidérmica Tóxica. Ese consenso cogió forma con la puesta en marcha de un protocolo de tratamiento opuesto completamente al que hasta entonces se empleaba, y es que, por un lado “recomendaban retirar toda la medicación que podía producir inmunosupresión”, y por otro, “empezaron a considerar al paciente como a un gran quemado, dado que la enfermedad provoca grandes ampollas en casi toda la superficie corporal”.
Se trata de un tratamiento multidisciplinar en el que trabajan dermatólogos, cirujanos plásticos, intensivistas y oftalmólogos y que otorga gran importancia a las curas que realiza el personal de Enfermería del Hospital Virgen del Rocío, “altamente cualificado y entrenado”, y que ha tenido “una repercusión extraordinaria” en como han sobrevivido estos ocho pacientes en el que “el mantenimiento del soporte vital diario es igualmente fundamental para su recuperación”.
..Redacción
..Foto: Hospital Virgen del Rocío