Científicos descubren tratamiento que podría salvar muchas de las 60.000 vidas perdidas cada año por la preeclampsia

Una colaboración internacional liderada por el Grupo de Obstetricia Traslacional (TOG) con sede en el Mercy Hospital for Women ha descubierto un tratamiento que podría salvar muchas de las 60.000 vidas perdidas cada año por la preeclampsia.

La preeclampsia es una condición que ocurre únicamente en los embarazos humanos. Se diagnostica en la madre al presentarse una presión arterial elevada, después de la semana 20 del embarazo. De acuerdo con las directrices publicadas por el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el diagnóstico de preeclampsia ya no requiere la detección de altos niveles de proteína en la orina (proteinuria). Las evidencias muestran problemas de órganos con los riñones y el hígado pueden ocurrir sin signos de proteínas, y que la cantidad de proteína en la orina no predice la severidad de la enfermedad. Antes de estas nuevas directrices, la mayoría de los proveedores tradicionalmente se adhirieron a un diagnóstico rígido de la preeclampsia en base a la presión arterial y proteína en la orina.

En la actualidad, no hay tratamiento para la preeclampsia que no sea el parto. Cuando la preeclampsia afecta a una etapa pre término del embarazo (menor a 37 semanas de gestación), los médicos pueden verse obligados a sacar al bebé de forma temprana para salvar la vida de la madre.

En este estudio, publicado en la prestigiosa revista internacional Hypertension, el Grupo de Obstetricia Traslacional y sus colaboradores internacionales han descubierto la posibilidad de que los inhibidores de la bomba de protones, usados por millones de personas para tratar el reflujo gástrico y la indigestión, puedan ser utilizados para tratar la preeclampsia.

La investigadora de la Universidad de Melbourne, Natalie Hannan, explicó que “nos sorprendió encontrar estos medicamentos comunes para desactivar la producción de toxinas de la placenta preeclámptica y proteger los vasos sanguíneos de una mayor lesión”.

Asimismo, el profesor Stephen Tong, jefe de TOG, indicó que “efectivamente, el equipo ha identificado una droga con acciones duales que pueden contrarrestar poderosamente los efectos de la preeclampsia”.

Los científicos del Grupo de Obstetricia Traslacional ya ha llevado este hallazgo a la clínica y ha puesto en marcha un ensayo clínico importante. El ensayo probará si el inhibidor de la bomba de protones esomeprazol (o Nexium) se puede utilizar para tratar a las mujeres diagnosticadas con preeclampsia muy temprano en el embarazo.

El ensayo de Intervención de Preeclampsia con Esomeprazol (PIE) está basado en el Tygerberg Hospital en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. El equipo de Mercy Hospital for Women está colaborando con la investigadora sudafricana local, la Dra. Cathy Cluver.

Sudáfrica fue seleccionada para ejecutar el primer ensayo porque los países en desarrollo tienen tasas muy altas de preeclampsia. Es también donde un tratamiento eficaz para la enfermedad tendrá el impacto más profundo sobre la salud materna e infantil. El ensayo PIE está en su fase final y proporcionará una respuesta este año. También se planean nuevos ensayos en Australia.

Por último, el profesor Tong, afirma que “si los inhibidores de la bomba de protones pueden reducir la carga de la preeclampsia, podría salvar la vida de miles de madres y bebés a nivel mundial”.
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