Publicado en Te Interesa Laura -que mantiene en secreto su nombre real y también el de sus hijas- ha tenido muy presente el cáncer de mama durante toda su vida. Su tatarabuela, su bisabuela y su abuela murieron de cáncer de mama y su madre también es portadora de una mutación en el gen BRCA. Sin embargo, Laura decidió que ella no quería continuar dejando esta herencia. En una entrevista que concedió al diario El Mundo, Laura indicó que en el momento en que a su madre le diagnosticaron esta enfermedad por segunda vez, el oncólogo sugirió que se hicieran un estudio genético para saber si ella era portadora. Debido a que ya se estaba planeando tener familia, Laura lo realizó y descubrió que sí: tenía una mutación en el gen BRCA2, una anomalía implicada en un 5-10% de los tumores de mama, pero que también eleva el riesgo de cáncer de ovario. Al tener intenciones de ser madre, ella se puso manos a la obra y consultó en el Instituto Valenciano de Infertilidad la posibilidad de someterse a un diagnóstico genético preimplantacional. De acuerdo al doctor Elkin Muñoz, ginecólogo de Laura, el procedimiento permite seleccionar los embriones que no son portadores de la mutación del cáncer.