El pediatra de Primaria es el primer especialista al que acuden las familias de niños con dudas sobre su identidad de género

Desde hace unos años, los niños y adolescentes con dudas sobre su identidad de género comienzan a ser más visibles y, a menudo, el pediatra de cabecera es el primer profesional al que acuden las familias de estos menores en busca de asesoramiento e información.

Durante la rueda de prensa de presentación del 14º Curso de Actualización de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) -Madrid del 16 al 18 de febrero-, la presidenta de la AEPap, la Dra. Concha Sánchez Pina, y la coordinadora del curso, la Dra. Mª Jesús Esparza, han presentado los principales temas que se tratarán durante los dos días del curso acompañadas de Dña. Esther Arén, inspectora jefa de la Policía Nacional y Delegada Provincial de Participación Ciudadana de Madrid.

Como ha explica Isidro García Nieto, trabajador social y sexólogo de la Comunidad de Madrid, “cada vez más, las familias de niños y jóvenes trans se acercan a la consulta de sus pediatras a solicitar apoyo a la hora de comenzar el tránsito social de estos menores o información sobre los procedimientos médicos que algunos de estos jóvenes necesitan”, por lo que destaca el papel del pediatra de Primaria como pieza clave “a la hora de contener las primeras emociones, orientarles sobre los recursos y tratamientos médicos…”.

Si algo ha demostrado la literatura científica hasta la fecha es que la aceptación de la identidad de género que hagan las familias de los jóvenes transexuales y el apoyo que les den en la fase de tránsito es clave para reducir el impacto en la salud física y mental de los menores, afirman los especialistas de la mesa redonda.

Las personas trans son aquéllas que expresan una identidad de género diferente al sexo biológico que les asignaron al nacer. Como señala la Dra. Irene Halperin, de la Unidad de Género del Hospital Clínic de Barcelona, aunque esta disconformidad respecto al sexo biológico puede emerger desde la infancia, suele ser en la adolescencia cuando el inicio de la pubertad y el rechazo a los cambios físicos que se producen a esa edad pueden hacer aconsejable el inicio de un tratamiento farmacológico.

Seguimiento individualizado
La especialista del Hospital Clínic señala que esa terapia debe hacerse de manera individualizada, y suele iniciarse con análogos de la hormona liberadora de las gonadotropinas (aGnRH) con el objetivo de revertir o detener la progresión de los cambios físicos. “Posteriormente, si la identificación transexual persiste, ese tratamiento puede ser sustituido por la terapia hormonal cruzada (THC), virilizante o feminizante, destinada a promover el desarrollo de caracteres sexuales del sexo contrario”.

La experiencia con estos tratamientos farmacológicos ha demostrado que son seguros y se asocian a un mayor bienestar de estos menores, aunque sí subraya la importancia de un adecuado seguimiento clínico de los adolescentes que reciben estos tratamientos. “Hay que tener en cuenta que disponemos de poca información sobre las pautas de tratamiento óptimas, por lo que es crucial seguir cuidadosamente a estos pacientes y recoger toda la información que en futuro permita aumentar nuestros conocimientos y mejorar los resultados”.

Aunque la disforia de género o el trastorno de la identidad sexual en la infancia sigue apareciendo como un problema de salud mental en los manuales internaciones de clasificación de enfermedades (DSM-V y CIE 10), actualmente existe un consenso extendido en la comunidad científica para dejar de considerar las identidades trans como una patología. Porque además, como señala García Nieto, no todas las personas trans experimentan sufrimiento debido a su disforia de género; sino que este malestar y sentimiento de ansiedad existirán o no en función de la posibilidad de expresar libremente su identidad de género.

Y en este sentido, coinciden los expertos, el papel del pediatra de Atención Primaria es clave para escuchar a la familia, orientar a los niños y adolescentes e informarles y acompañarles en su tránsito social. Dos estudios publicados en la revista Pediatrics en 2014 y 2016 muestran que el apoyo familiar es clave para que estos menores no desarrollen niveles de ansiedad y depresión superiores a los del resto de la población de su misma edad.

Pediatras de la mano de las nuevas tecnologías
El Curso de Actualización en Pediatría de la AEPap, que cumple ya su decimocuarta edición, está coordinado por la Dra. María Jesús Esparza, que ha destacado el papel de esta actividad desde el punto de vista formativo para los pediatras. Porque el curso no sólo aborda el tema de la transexualidad en los menores, sino muchas otras cuestiones candentes tanto para los profesionales de la Pediatría, como para la sociedad en general.

En este sentido, destacan las ponencias sobre el uso de las nuevas tecnologías por parte de los más pequeños de la casa, para la que la AEPap ha contado con la presencia de Dña. Esther Arén, Inspectora Jefa de la Policía Nacional y Delegada Provincial de Participación Ciudadana de Madrid, quien aborda en la rueda de prensa el tema del acoso escolar y las nuevas tecnologías que se combate desde la Unidad Preventiva de la Policía Nacional en Madrid.

Arén ha subrayado que las redes sociales forman parte del día a día de los niños, “pero pocos son los que detectan los peligros reales a los que se enfrentan nuestros menores de edad en el mundo digital”. Por eso ha apostado por la prevención y la educación en el uso de las redes sociales para que los menores aprendan a hacer un buen uso de las nuevas tecnologías y estén prevenidos ante posibles delitos, como el ciberacoso, el ‘sexting’ o el ‘grooming’; pero también para que los pediatras tengan formación e información para enfrentarse a esta nueva realidad social: “por un lado en el uso de las redes sociales y, por otro, las consecuencias de un mal uso aquellas por parte de los menores, a los que tratan como pacientes. Y por eso es tan importante que los profesionales trabajen en equipos multidisciplinares a la hora de prevenir, y más cuando hablamos de menores”.

Alerta por el déficit de pediatras
Además de estas cuestiones, la rueda de prensa ha servido para poner de manifiesto la preocupación de la AEPap sobre la situación de la Pediatría de Atención Primaria en nuestro país. El número de pediatras que se incorporan a la AP es cada vez menor y en opinión de la Dra. Sánchez Pina, presidenta de la AEPap, no se toman las medidas necesarias para que este grave problema se resuelva.

Ésta ha manifestado la disposición de la Asociación para colaborar con las autoridades en la búsqueda de soluciones, pero advierte de que las medidas que se adopten han de tener un objetivo irrenunciable, y es que todo niño de entre 0 y 14 años sea atendido por un pediatra en cualquier nivel asistencial, y los pediatras no aceptarían ningún cambio en ese sentido.

Esta postura se fundamenta en la existencia de numerosos estudios de evidencia científica que demuestran que los indicadores de salud infantil son mejores en aquellos países donde la atención a los niños es realizada por médicos pediatras, y se considera que sería un retroceso que se produjera un cambio de modelo en nuestro país.

Los pediatras españoles venimos advirtiendo de esta situación desde hace más de 10 años, porque nos parece irrenunciable el derecho que tienen todos los niños de 0 a 14 años a ser atendidos por especialistas en pediatría”, advierte la Dra. Sánchez Pina.

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