En el libro La sanidad española en cifras 2016 de Círculo de la Sanidad que ha sido presentado esta semana, destacan de manera relevante algunos de los datos referidos a Atención Primaria.
Estos datos con una “foto fija” del Sistema Nacional de Salud muestran como el gasto sanitario en Atención Primaria aumentó en España en un 44%, pasando del 12,32 en 2012 al 17,77 en 2016, siendo Cantabria la que menor porcentaje tenía en 2012 (10,50) y Extremadura la que más (16,62), mientras que en 2016 la que menos Madrid (11,80) frente a Aragón (17,77).
Además, los datos muestran que la frecuentación en medicina de Atención Primaria por persona asignada al año se ha reducido hasta un 1,13% de promedio, siendo Castilla-La Mancha la de mayor reducción y Cataluña la de mayor aumento (-16,67 y 11,55 respectivamente)
También se asegura que el promedio de personal médico en Atención Primaria por 1000 personas asignadas no ha variado (de 0,77 a 0,76), pero sí hay diferencias entre Comunidades Autónomas porque Murcia ha subido un 3,9% mientras que Melilla ha bajado 8,57%.
Estos datos deben ser leídos en función del tamaño de la población que demanda los recursos sociosanitarios, y en este caso, según se informa en el propio libro, “los movimientos registrados apuntan hacia disminución de necesidad de recursos sociosanitarios debido a la disminución de personas que integran la población”.
Por otro lado, el estudio también entiende que se ha reducido la presión asistencial en Atención Primaria aunque, sin embargo, aumentó considerablemente en Galicia y Cataluña, y solo sensiblemente en Cantabria, Valencia, Navarra y País Vasco.
Las conclusiones parciales dicen que hay unos elementos favorables a la sostenibilidad del SNS como un “mayor nivel educativo de la población: uso más racional del sistema, mejora de estilos de vida”, y una “disminución de población: menos personas a atender, pero siempre que se compense con el tipo y volumen de demanda y, teniendo en cuenta que disminuye el número de afiliados a la SS (dudoso impacto positivo)”.
Por otro lado, los elementos desfavorables para la sostenibilidad del SNS mencionados en la presentación son “envejecimiento de la población: dependencias, multipatologías”, “disminución de la tasa de natalidad, generalizada salvo en Ceuta y Melilla: expectativa de menos afiliados a la SS”, “paro: sistema sostenido por menos para más necesidades, desarrollo de patologías mentales” y “aumento de la tasa de pobreza: deterioro de salud física y mental”.
