Los estudiantes de medicina sostienen que es deplorable e inaceptable que estas situaciones se sigan produciendo y exigen a la institución universitaria, profesión médica y equipo sanitario, una reflexión profunda, así como al conjunto de la sociedad. No se pueden seguir permitiendo que estas actitudes formen parte de la realidad cotidiana que afrontan durante su paso por la facultad. Se unen componentes como la consideración jerárquica de las posiciones en el sistema o incluso el miedo al deterioro en el desarrollo de las carreras profesionales de las estudiantes, al tiempo que también deteriora la consideración de sus compañeros, siempre y cuando estos se alejen de la expresión de masculinidades machistas.
Marina García, Presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina sostiene que “no podemos seguir silenciando la violencia sistemática a la que estamos sometidas durante nuestra formación” al tiempo que comparte que “ha sido un auténtico bochorno recibir en pocas horas incontables testimonios que se visibilizaban desde todas las áreas del estado”. Afirma que “el mensaje ha de ser claro: lo importante es que nos demos cuenta de que nuestras dignidades se están viendo minadas por la persistencia de un sistema patriarcal que condiciona actitudes que todavía seguimos poniendo en duda. El machismo tiene que ser combatido por todas y todos”.
Desde CEEM se pide aumentar los esfuerzos por implementar la formación en perspectiva de género durante el grado, dado que la implicación que la identidad y expresión de los roles de género están teniendo sobre el desarrollo de las personas es una cuestión que también interfiere sobre el trato a los pacientes.
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