La atención hospitalaria en Estados Unidos por heridas de disparos con armas de fuego costó al país más poderoso del mundo más de 6.600 millones de dólares a lo largo de un periodo de tiempo de ocho años (2006-14).
“Estas lesiones suponen un alto costo, especialmente porque son prevenibles”, afirma la autora del estudio, Sarabeth Spitzer, estudiante de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.
La investigación, publicada en la revista American Journal of Public Health, revela que la información procedía de más de 267.000 pacientes hospitalizados por heridas a causa de disparos con armas de fuego desde 2006 hasta 2014. Los investigadores encontraron que el coste económico medio de esas admisiones hospitalarias fue de 735 millones de dólares al año. El estudio incluyó las heridas por disparos con armas de fuego que fueron autoinfligidas, las accidentales y las debidas a un ataque.
El derecho a tener armas en Estados Unidos por parte de los ciudadanos fue otorgado en la Segunda Enmienda de la Constitución de 1.791. Huelga decir que es un problema social que cada año se cobra vidas, especialmente en menores. Según una investigación de la agencia Associated Press y el diario Usa Today, en los primeros seis meses de 2016, en Estados Unidos un menor moría de media cada dos días por disparos accidentales con armas de fuego. Sin embargo, hasta la fecha, había poca investigación sobre la violencia con armas de fuego desde una perspectiva de salud pública.
El estudio se centró en las hospitalizaciones iniciales y, no incluyó a los pacientes que fueron tratados sin ser hospitalizados, a los que fueron tratados y fallecieron o a los que fueron readmitidos en el hospital.
“Las heridas con armas de fuego están asociadas con uno de los temas políticos más controversiales del país, así que es importante que todas las partes tengan acceso a la investigación basada en hechos”, considera Spitzer.
No es exagerado hablar más de una epidemia que de proliferación de pistolas y rifles en Estados Unidos, donde según un estudio de la Campaña Brady, cada día, cerca de 300 personas (297) reciben disparos de armas de fuego. “La información de los costes económicos puede ser especialmente útil cuando se toman decisiones políticas sobre cuestiones de salud”, concluye Spitzer.
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