El implante coclear no siempre mejora la capacidad auditiva, según estudio

implante coclear

El estudio de la reorganización de los circuitos del cerebro en las personas con sordera o limitada capacidad auditiva ha permitido a dos científicas determinar por qué el implante coclear no resulta efectivo en todos los casos. Y es que así se desprende de una investigación publicada hoy en la revista Nature Communications.

El implante coclear es un dispositivo electrónico que sustituye al oído externo, medio e interno. Mediante una técnica quirúrgica sencilla se instala el dispositivo con el que las señales acústicas se transforman en impulsos eléctricos que estimulan el nervio auditivo y envían el sonido al cerebro.

Empleado por vez primera en 1970, se popularizó a partir de la década de los 90. Sin embargo, entre el 5 y el 10% de los pacientes adultos que no son sordos de nacimiento y se someten a un implante coclear obtienen resultados “muy poco efectivos”.

Mediante una prueba, la neurocientífica suiza Anne-Lise Giraud de la Universidad de Ginebra y la cirujana otorrinolaringóloga francesa Diane Lazard presentaron estímulos visuales en forma de palabras escritas tanto a personas sordas como a oyentes y les pidieron que determinasen si dos términos con distinta grafía rimaban o no.

Los sujetos tuvieron que recurrir a su memoria sonora y, gracias a la captación de imágenes cerebrales, pudimos observar sus circuitos cerebrales”, afirma Giraud. Para sorpresa de ambas, algunos de los sujetos con dificultades auditivas severas completaron la tarea de forma más rápida y precisa que los oyentes.

Las investigadoras calificaron como “superlectores” a estos individuos que demostraban una mayor manejo de la palabra escrita, habilidad que se debe a que su cerebro optó por reemplazar la oralidad por intercambios escritos. De este modo, los circuitos cerebrales que utilizan estos “superlectores” se sitúan en su hemisferio derecho y se organizan de forma diferente a los otros sordos que fueron investigados, que pasaron la prueba a la misma velocidad que los oyentes, y cuya actividad cerebral se localizó en el hemisferio izquierdo. Estos últimos, además desarrollaban también una capacidad mayor de lectura de labios y mantenían una organización fonológica central muy similar a aquellos que no tienen impedimentos para oír.

Los implantes cocleares presentan resultados positivos en los individuos que se han mantenido “anclados a la oralidad”, mientras que no son efectivos en los “superlectores”, que han desarrollado una capacidad visual sobrenatural que dificulta la efectividad de los implantes.

A tenor de los resultados, como indica la cirujana otorrinolaringóloga Diane Lizard, “esperamos poder diagnosticar preventivamente a las personas propensas a reaccionar a estímulos visuales escritos” y tratarles con prótesis auditivas y terapia del habla para evitar que se conviertan en “superlectores”, fenómeno que, de momento, se ignora si se puede revertir, explica Lizard. Asimismo, las científicas desconocen por qué ciertas personas “escogen de forma inconsciente” un desarrollo cerebral u otro.

Entre las grandes conclusiones de la investigación es como se destaca el “rol esencial” que juegan las interacciones entre los sistemas auditivos y visuales para determinar tanto el éxito como el fracaso de los implantes cocleares y, explican por qué es importante tratar a los niños con sordera congénita en sus primeros meses, antes de que sus circuitos cerebrales visuales y auditivos se reorganicen.

El 25 de febrero se celebra el Día Internacional del Implante Coclear; en España, según la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (Aice) hay unos 13.500 usuarios de esta técnica que, sí se implanta en el primer año de edad, permite alcanzar una destreza comunicativa semejante a la de una persona oyente, sobre todo, si es implantado en el primer año de edad.
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