Tanto Ramón Tamames como Manuel Peiró han asegurado que la sanidad privada debe ser un agente más del sistema que permite “liberar recursos” y “sirve para mejorar la pública y que haya competencia“. Ambos entienden que la sanidad privada ha contribuido de forma decisiva al mantenimiento de la pública, que deben estar lejos de ser “compartimentos estancos“. Para ellos esta colaboración público-privada no debe rechazarse. “El debate no debe ser si es pública o privada, sino la aportación que hacen o la calidad que da“, ha dicho Peiró.
Ha sido durante el encuentro de Europa Press “Sanidad Pública 2025, quiebra o sostenibilidad” en el que han participado Ramón Tamames y Manuel Peiró. Tamames nació en 1931, economista y político, ex diputado de PCE e IU, y toda una auténtica institución en España por su historial profesional y su carrera política. Es Técnico Comercial del Estado, Catedrático de Estructura Económica y miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Peiró es profesor titular del Departamento de Dirección de Personas y Organización en ESADE, licenciado en Medicina y Cirugía y asesor habitual de instituciones sanitarias públicas y privadas y en el área de servicios públicos. Ha trabajado como consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington y ha colaborado con diversas empresas de consultoría especializadas en el sector de la salud.También es miembro del Comité Científico de la Conferencia Hospitales Top-20, y durante seis años ha sido miembro del Subcomité Científico de la European Association of Hospital Managers (Asociación Europea de Directores de Hospitales) y vicepresidente de la Comisión Económica de la Cruz Roja en Cataluña.
El debate entre ambos ha ido mucho más allá de las posiciones políticas y han asegurado que en el pacto de estado por la sanidad debe incluirse al sector privado, favoreciendo desgravaciones fiscales a quienes dispongan de aseguramiento privado o extendiendo el modelo Muface a otros sectores. Los dos han pedido un mayor protagonismo de la medicina preventiva y una mejor integración de la sanidad y los servicios sociales, además de una cuestión cada vez más habitual como es aumentar la coordinación entre las comunidades autónomas porque no puede haber 17 sistemas sanitarios diferentes.
16.000 millones a corto plazo, y de 32.000 a 48.000 en los próximos 7 años
La mejora económica debe traducirse en el impulso de un pacto de estado porque el SNS lleva años “subfinanciado”, han dicho, a la vez que “ya ha dado todo lo que podía dar de sí”. Este pacto debe incluir a los profesionales sanitarios para garantizar la sostenibilidad del sistema y evitar un colapso del sistema a corto y medio plazo.
Este gasto sanitario va a crecer como consecuencia de dos factores clave como son el envejecimiento de la población y la cronicidad como consecuencia del aumento de la esperanza de vida.
“Ahora es un momento muy bueno, hemos cruzado la gran recesión que ha sido como una travesía por el desierto, y tras tres años de crecimiento es el momento de mejorar la administración pública“, ha asegurado Tamames, que entiende que debe pasar a ser una cuestión política a una profesional, y ha recordado que del Informe Abril (1991) “hemos sido incapaces de implantar una sola medida“, ha afirmado Peiró.
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