España está a la cola de Europa en el acceso a anticoagulantes orales de acción directa, y es que así se puso de manifiesto durante el ‘I Foro Científico de Anticoagulación’ que, celebrado recientemente en Zaragoza, fue posible gracias a la alianza Bristol-Myers Squibb y Pfizer.
Según los expertos reunidos que se dieron cita, existe un “alto índice” de pacientes anticoagulados mal controlados en España, cifra que actualmente alcanza el 40% de los pacientes. Asimismo, destacaron las barreras de acceso a los ACODs y las diferencias en la prescripción por países.
En concreto, por países, en palabras del coordinador del Centro de Salud de Atención Primaria María de Huerva, el Dr. Luis Lample, “somos el tercer país europeo por la cola en utilización, con un 24% sobre el total anticoagulados. Solo por debajo están Finlandia, con un 20%, y Holanda, con un 17%”. La media europea se sitúa en el 43%, y copan los primeros puestos con los porcentajes más altos de utilización de ACODs, Bélgica y Noruega, 69% y 63% respectivamente.
Como afirma Lample, “resulta fundamental la puesta al día de la terapia anticoagulante, sobre todo tras la aparición hace más de nueve años de los ACODs, que aportan mayor seguridad y eficacia al tratamiento si se comparan con los anticoagulantes clásicos como los antivitamina K o la warfarina”. A tenor de estos datos, prosigue, “en la mayoría de los países se prescriben con normalidad, pero en España no siempre resulta fácil”.
Falta de conocimiento específico respecto a los riesgos de no tener un correcto tratamiento
Para el cardiólogo del Centro Médico de Especialidades San José, José Ramón Laperal, las barreras de acceso a los ACODs se deben, entre otros factores, a la falta de conocimiento específico respecto a los riesgos de no tener un correcto tratamiento. Al respecto ha destacado el rol de los inspectores médicos, y es que “son los actuales encargados de supervisar, mediante el visado correspondiente, la prescripción de los nuevos anticoagulantes, por lo que su formación e información de la patología resulta fundamental”.
Finalmente, entre las conclusiones de esta jornada que, se suma a las ya celebradas en Valencia, Alicante y Extremadura, los expertos han subrayado la importancia de mejorar el control de los pacientes anticoagulados, con el objetivo de evitar tanto el ictus tanto isquémico como hemorrágico, así como la hemorragia cerebral. Sus consecuencias directas para los pacientes y, por ende sus familiares, así como indirectas para el sistema sanitario, demandan la necesaria colaboración entre las diferentes especialidades médicas y la Administración, a través de medidas como el control y supervisión que llevan a cabo los inspectores médicos.
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