Una ocasión para compartir reflexiones con los nuevos médicos

Si tuviera ocasión compartiría unas reflexiones con aquellos que se vienen incorporando a la sanidad como médicos y que en sus manos está en gran medida lo que la sanidad será en el futuro.

Les diría muchas cosas, pero sobre todo que no se obsesión con la tecnología, que es siempre un buen apoyo y buenas herramientas, pero nunca el centro de la atención, por mucho que fascine.

Que por mucho que parezca que el papel lo tienen los políticos o los gestores (no pocas veces compañeros de profesión), la esencia de la sanidad sigue y seguirá siendo la relación médico-paciente.

Si tuviera ocasión, les invitaría a desarrollarse profesionalmente buscando caminos de ejercicio lo más libre posible de la profesión. Tal vez a partir de un primer periodo de ejercicios de la profesión en entornos que coartan la libertad pero que tienen otras virtudes, que también hay que valorar, no centrándose en lo negativo, que siempre hay en todo lugar y circunstancias.

Y sobre todo, que no se olviden nunca que lo más importante es hacer la mejor medicina posible con los medios en su mano, sin olvidar que lo más importante es hacer una medicina segura. Ya sé que parece una obviedad pero no lo es, porque para ello es necesario tener en mente no solo la visión reduccionista de su tarea sino del proceso asistencial desde que el paciente tiene una molestia, o tiene una enfermedad. Y que la labor que se realiza es parte de un proceso asistencial, y que de la organización y de los equipos depende el buen fin del mismo. Y en gran parte está en manos de una correcta y optima comunicación.

Si tuviera ocasión, les diría que abran la mente a aquellas oportunidades organizativas que les puedan procurar un mayor desarrollo profesional y que sean dueños de su carrera profesional. Que en la medida de lo posible sean dueños de la misma, y que no depositen la misma en manos de terceros, su organización sanitaria, ya sea pública o privado, pues su papel ha de ser el de ofrecer oportunidades, que no es poca cosa.

Que el éxito profesional es lo que uno cree que debe ser, y no necesariamente ascensos o más remuneración económica. Y por cierto, que no centren su autoconfianza profesional en su autovaloración, pues los reconocimientos de terceros, siempre bien recibidos y agradables, si llegan, por diferentes motivos, no son siempre todo lo sincero que deberían ser.

Si tuviera ocasión, les diría que dediquen tiempo a estudiar para conocer y entender la complejidad de su organización y el entorno de la sanidad, con todas las industrias que la componen.

Les diría que no olviden que detrás de cada una de sus decisiones es un cheque bancario, una factura a pagar. Que se esfuercen por tanto en trabajar por hacer a cada paciente todo lo que hay que hacerle, peros sólo lo que hay que hacerle y, sobre todo cuando hay que hacérselo. Y de la mejor forma posible, que es la verdadera esencia de la calidad en sanidad.

Bueno, tal vez esta sea una buena ocasión para compartir estas reflexiones. Y seguro que este el mejor medio.
..Antonio Burgueño Jerez

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