La Audiencia de Valencia ha condenado por un delito de intrusismo profesional a un protésico dental por tratar pacientes en su taller protésico de Gandía pese a no tener del necesario título de dentista, tal y como informa el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia en un comunicado.
Los hechos se remontan a 2012, cuando el falso dentista trató a un paciente y, tras hacerle el diagnosticó le tomó medidas sobre la boca y le colocó una prótesis esquelética, toda una serie de actos que no podía realizar por carecer de la titulación académica legalmente exigida por la ley, el título de médico estomatólogo o odontólogo. El propietario de este laboratorio de prótesis fue descubierto y denunciado por el Colegio de Odontólogos tras comprobar los hechos denunciados por testimonios recibidos. Sería en 2016 cuando el Juzgado Penal 1 de Gandía dictó sentencia condenatoria con el falso dentista quien posteriormente la recurrió ante la Audiencia y logró una rebaja de la pena a la mitad por el prolongado retraso judicial del proceso.
Como afirma en el comunicado el presidente del Colegio de Odontólogos de Valencia, Enrique Llobell, “en ningún caso el protésico dental puede tocar la boca de un paciente y por tanto prestar una asistencia dental”. Además, prosigue, en esta caso, el paciente “fue atendido en el taller protésico, junto a una ventana con la persiana bajada del laboratorio, un local sin los controles ni las garantías sanitarias adecuadas”.
Un serio peligro para la seguridad de los pacientes que se expone a contagios de enfermedades
En palabras de Lllobel, “estas actuaciones implican un serio peligro para la seguridad de los pacientes ya que al no reunir ningún tipo de medida de control sanitario tanto del local como el intruso, el paciente se expone a contagios de todo tipo de enfermedades, como podría ser SIDA o hepatitis, sin entrar en los severos daños que puede ocasionar una mala colocación o ajuste de una prótesis”.
Ante este hecho delictivo, el presidente del Colegio de Odontólogos de Valencia, reivindica el papel de los protésicos como pieza fundamental de la Odontología pero, de acuerdo con la legislación española en el sitio que le corresponde y, por ende desempeñando las funciones para las que está habilitado oficialmente, es decir, para la fabricación de prótesis previa prescripción del facultativo sin que en ningún caso, tome medidas, diagnostique o coloque la prótesis, funciones reservadas única y exclusivamente para los odontólogos. “Al igual que un fabricante de prótesis de cadera ni toma medidas al paciente ni le coloca la misma, un protésico dental es un fabricante de prótesis y no puede tener contacto asistencial con el paciente”, ejemplifica.
El Colegio de Odontólogos recomienda a los ciudadanos que corroboren que el profesional que presta la atención bucodental es un dentista colegiado, tanto a través de su web (www.icoev.es) como del buscador nacional (www.guiadentistas.es) y es que no ser así, además de ser delito implica un serio riesgo para la salud del paciente.
Llobell considera que la colaboración ciudadana y de las instituciones es fundamental para luchar contra esta “lacra” que es el intrusismo profesional en la Odontología que afecta a los profesionales y especialmente a los pacientes.
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