Aquel ambiente en el que prevalece una dieta rica en calorías y en el que se han redu-cido drásticamente las horas de ejercicio físico y los espacios al aire libre para poder practicarlo, es decir, el denominado ambiente ‘obesogénico’, llega a ser responsable de que el 41% de los niños españoles padezcan sobrepeso u obesidad. Y es que así lo reconoce el estudio ‘Aladino’, elaborado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Con el objetivo de invertir esta tendencia, la jefa de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe, Amparo Rodríguez Sánchez, aboga por una atención precoz y el diseño de ‘ciudades saludables’.
Ciudades saludables vs Ciudades dormitorio
La teoría puede ser fácil, pero llevarlo a la práctica es otra historia, y es como reconoce la especialista, el concepto de ‘ciudad saludable’ se contrapone con el formato actual de ‘ciudades dormitorio’, en el que como afirma, se promueve ese ambiente ‘obesogénico’ en el que, los altos bloques de viviendas, sin zonas verdes y el hecho de que los niños tengan que ir al colegio o las grandes superficies en coche o en autobús, es la realidad que día a día viven los más pequeños.
La promoción de las ‘ciudades saludables’ consiste en convertir los espacios urbanos en lugares más proclives para el fomento del ejercicio físico y la salud alimentaria con el objetivo de prevenir la obesidad infantil. Para lograr que este concepto se haga realidad hay que marcar una “hoja de ruta” que pase por tres niveles:
- Centrarse en la ciudad y apostar por la promoción de más lugares públicos al aire libre.
- Ponderar la escuela y la importancia de esta en el favorecimiento de instalaciones adecuadas para la práctica deportiva y promover en los comedores escolares una alimentación saludable.
- La tercera suscita la intervención en el vecindario y radica en la programación de actividades de educación en la actividad física; para ello hay que proliferar las áreas de juego y rutas que favorezca en uso de la bicicleta o caminar en los desplazamientos.
Un modo de vida cada vez más sedentario
Para la doctora, otra factor que es determinante en la obesidad infantil es un bajo nivel socioeconómico y el radical cambio que en los últimos años se ha ido decantando hacia un estilo de vida cada vez más sedentario. En este sentido la Dra. Sánchez considera que “actualmente vivimos en ese ambiente que llamamos ‘obesogénico’, donde la comida, sobre todo la más calórica, está al alcance de la mano y es barata” y, por otra parte “la actividad física se ha reducido al disponer de menos zonas al aire libre para jugar”. “Además”, prosigue, “a menudo, el deporte conlleva un gasto económico y un tiempo que no todos pueden afrontar, siendo mucho más fácil y barato acceder a todo tipo de entretenimiento audiovisual, como la televisión o los videojuegos”.
La importancia del componente genético
Con un origen complejo y multifactorial, la obesidad infantil incluye otros factores de riesgo. Al respecto, la especialista identifica componentes como el genéticos, y es que indica, “al igual que en el adulto, es un problema -la obesidad infantil- ligado a múltiples factores de riesgo. En algunos casos, la obesidad puede deberse a la alteración de un único gen, aunque esto es algo excepcional. Más frecuente es que sea la alteración de varios genes la que predispone a la obesidad” .
Por todo ello, la doctora destaca la importancia de promover estilos de vida saludables durante la infancia y adolescencia relacionados con la actividad física y la alimentación. Para ello hay que educar, tanto en casa como en el colegio, y, por supuesto, tener en los padres el mejor ejemplo.
“Las épocas del ciclo vital del niño que son las más proclives a adquirir sobrepeso y obesidad son la etapa preescolar y la adolescencia, edades en las que fisiológicamente se produce un mayor acúmulo de grasa”, concluye.
..Redacción
