Dr. Calixto Sánchez: “Una disminución entre un 50 al 70% de dolor, significa volver a tener calidad de vida”

El tratamiento del dolor es una cuestión “capital” para el paciente. El Dr. Calixto Sánchez, jefe del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor del Hospital General Universitario de Elda, también es miembro de la Comisión Nacional de Anestesiología y uno de los fundadores de la Sociedad Española del Dolor. Durante la presentación de Zalviso de Grunenthal, atendió a iSanidad. Lo mejor de la Sanidad para explicar el valor del dolor para el paciente y cómo afrontarlo.

¿Están las unidades del dolor hospitalarias creándose tan rápido como se puede esperar?
Las Unidades de Dolor, se comienzan a crear en España sobre finales de los 70 y principios de los 80. Van creciendo, y se acreditan a tres niveles desde centros básicos de nivel 1, con personal sin dedicación exclusiva, a tiempo parcial, a unidades de nivel 2 con dedicación a tiempo completo y más recursos tecnológicos y humanos, y las unidades de nivel 3 multidisciplinares, donde se realiza un ataque multimodal y multiprofesional a los cuadros de dolor crónico. Son Unidades que se dedican fundamentalmente al diagnóstico y tratamiento del dolor crónico.
Con posterioridad, comenzó a tener relevancia el dolor agudo, y como primera preocupación se iniciaron pautas de tratamiento más regladas sobre el dolor agudo postquirúrgico, ya que se entreveía que era mucho más grave de los que parecía, duraba más tiempo, e incluso se cronificaba. En los primeros estudios, se evaluó la incidencia de dolor postquirúrgico de larga duración y se observó, que podía ser superior a un 25%. Actualmente, sabemos que el dolor quirúrgico severo puede llegar a un 40% y que no lo tenemos claramente dominado, aunque en los últimos años hay un creciente interés en conseguir hospitales sin dolor. También conocemos, que el dolor postquirúrgico mal tratado, puede ocasionar cuadros de dolor crónico, que pueden ser difíciles de controlar posteriormente.
Unidades de dolor crónico están en desarrollo, aunque en España, tenemos un tejido asistencial en dolor, que tiene una dimensión aceptable, aunque según quien opine podría pensar que necesita mucho más dimensionamiento

¿Cuánto dolor puede tener que soportar un paciente?
Con respecto al dolor agudo, fundamentalmente el postquirúrgico, el paciente, no debería tener ningún tipo de dolor. Otra cosa es que lo consigamos al 100%, pero debería de ser así, CERO DOLOR. ¿Te imaginas que durante las intervenciones quirúrgicas los pacientes se preguntaran si tendrían que soportar dolor intraoperatorio?
Con respecto al dolor crónico, ya es más difícil conseguir el 100% de eficiencia, pero en muchos pacientes, conseguir una disminución entre un 50 al 70% de dolor, significa volver a tener calidad de vida, poder trabajar, y mantener su vida social de relación. En muchos casos, se consiguen remisiones completas del dolor, pero tenemos el hándicap de cuadros de dolor por lesiones degenerativas derivadas de la edad, o bien del sobrepeso, o la falta de forma física, etc. Las mejoras en los modelos de vida, haciendo esta más saludable, son una de las mejores indicaciones y prescripciones terapéuticas de los médicos dedicados al dolor.

¿Está el paciente preparado para “administrar” su dolor postoperatorio?, ¿y el sistema?
Qué duda cabe, nosotros llevamos 30 años adiestrando a pacientes que se operan a la analgesia administrada por ellos mismos. En general podemos decir que no hay una homogeneización clara sobre ésta dimensión en el Sistema Sanitario, pero se ha ido creciendo de forma muy importante en los últimos años. Téngase en cuenta, que tenemos 17 Sistemas de Salud, con escasa conexión logística y operativa, solo política a través del Consejo Interterritorial de Salud, lo que es difícilmente entendible para conseguir un catálogo de prestaciones similar en todo el territorio.

Calixto Sanchez Zalviso¿Puede crearse un modelo Zalviso para el paciente en su casa?
De momento, no se atisba que esto sea factible. Son fármacos muy potentes, con algunos efectos secundarios peligrosos, que tienen que tener un apoyo en el medio hospitalario para su uso. Existen alternativas domiciliarias para tratar dolor grave en éste ámbito. El modelo parecido a Zalviso, nosotros lo hacemos con bombas de morfina intravenosa administrada por el paciente en su domicilio, en cuadros de dolor crónico de origen oncológico, seguidos por la Unidad de Cuidados Paliativos y de Hospitalización Domiciliaría

El dolor es imprescindible

¿Es bueno que haya dolor?
No es que sea bueno, es que es imprescindible. Si no tuviéramos sensación de dolor, podríamos encontrar la muerte, o graves lesiones corporales en pocas horas, ya que desaparecerían los mecanismos de alerta y huida que nos protegen nuestra intimidad orgánica de los agresores diarios. Tampoco nos avisaría, como síntoma fundamental, de que algo está ocurriendo grave dentro de nuestro organismo, y no buscaríamos tratamiento, con lo que la muerte, estaría asegurada. ¿Te imaginas un infarto de miocardio grave sin dolor?, no te avisa nada de que algo está destruyéndose en tu interior.

No tiene sentido que el dolor crónico se prolongue

Con respecto al dolor crónico, es otra cuestión. Una vez analizado de donde viene el dolor, con su diagnóstico y tratamiento correspondiente, no tiene sentido que el dolor se siga manteniendo. Hay que tratarlo adecuadamente porque es una gran fuente de sufrimiento humano.
..Redacción

Opinión

Multimedia

Especiales

Atención primaria

Sanidad privada

iSanidadental

Anuario

Accede a iSanidad

Síguenos en