Publicado en El País La atención al fenómeno del chemsex —acrónimo de la expresión inglesa chemical sex— y sus consecuencias para la salud —puede extender las infecciones de transmisión sexual (ETS) y generar dependencia a sustancias tóxicas— han llegado a los hospitales. Hasta la fecha, eran los centros comunitarios los que, por su proximidad al colectivo que más lo practica —hombres que tienen sexo con hombres—, detectaban las consecuencias de este fenómeno, que se caracteriza por consumir varios tipos de drogas con el objetivo de mantener relaciones sexuales durante un largo período de tiempo. Aunque sigue siendo un fenómeno residual entre el grupo de mayor incidencia —los hombres que tienen sexo con hombres—, los hospitales también se han puesto en alerta. El Clínic ha comenzado a hacer encuestas a los pacientes con sospecha de practicar chemsex para conocer la dimensión del fenómeno y en Vall d’Hebron están estudiando crear un circuito asistencial para dar una atención multidisciplinar a estos casos.