Otro caso de intrusismo profesional que “sacude” a la odontología española, en este caso en la Comunidad de Cantabria. Y es que como informa el Consejo General de Dentistas de España en un comunicado, el Juzgado de lo Penal nº 4 de Santander ha condenado a un hombre por haber realizado labores propias de un dentista, sin estar habilitado para ello, es decir, carecía de dicha titulación.
Tal y como recoge la sentencia, durante los años 2013 y 2014 el acusado regentó una clínica dental en la localidad cántabra de Astillero, donde colocaba rótulos para hacer publicidad de la misma. En ese tiempo realizó trabajos y prestó servicios propios de la profesión de odontólogo o médico estomatólogo (dentista) como empastes, extracciones dentarias, limpiezas de boca e incluso implantes a cinco personas, tres de ellas niños de cinco y seis años.
Ante este caso de intrusismo profesional, el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Cantabria se personó como acusación particular pidiendo una pena de un año de prisión y la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo, ya que los hechos relatados “son constitutivos de un delito de intrusismo profesional”. Pese a esta petición y a los hechos demostrados, el fallo de la juez condena al acusado a una multa de seis euros diarios durante ocho meses (1.440 euros), así como al abono de las costas procesales causadas, incluidas las de la acusación particular.
En este sentido, el Consejo General de Dentistas reclama a la Administración el endurecimiento de las penas por intrusismo para que sean realmente disuasorias y evitar que se sigan cometiendo infracciones de este tipo en el ámbito de la Odontología, ya que cuando una persona no está capacitada para ejercer de dentista y aun así lo hace, está poniendo en serio riesgo la salud del paciente, concluye.
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