La interoperabilidad en España es mala o muy mala, a pesar de que ayuda a optimizar la calidad, eficacia y eficiencia de los servicios sanitarios

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La sociedad española tiene una esperanza de vida que aumenta año tras año, lo que supone un incremento de la cronificación de enfermedades y los procesos asociados al envejecimiento. En este contexto, la monitorización de los procesos crónicos va a ser una constante y la tecnología digital va a favorecer este cambio en el que el paciente no solo ocupará el centro del sistema, sino que además será corresponsable de su propia salud. “Estamos asistiendo a un cambio de paradigma a lo largo de los años, pasando de una medicina reactiva con un paciente pasivo y expectante ante el sistema, a una participativa y posteriormente colaborativa en la que los pacientes demandan más interactividad e información por parte de los especialistas. Además, la transformación del modelo sanitario hacia modelos de continuidad de cuidados (procesos crónicos) y el rol más activo de los pacientes hace más que evidente la necesidad de apostar por un modelo de interoperabilidad para favorecer el acceso de pacientes y profesionales a la información clínica independientemente del sector asistencial en el que se estén moviendo”, explicó Adolfo Fernández-Valmayor, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante la Jornada “Transformación digital de la sanidad en España”, organizada por Unidad Editorial.

La monitorización de procesos crónicos va a ser una constante en los próximos años y la tecnología digital va a favorecer este cambio en el que el paciente no solo ocupará el centro del sistema, sino que además será corresponsable de su propia salud

Ante este panorama, es importante tener en cuenta que la situación actual de la interoperabilidad en España se considera mala o muy mala por el 69% de los expertos consultados y cuyas opiniones han quedado reflejadas en el Estudio de Interoperabilidad en el sector sanitario. El paciente como actor principal elaborado por la Fundación IDIS. Además, existen barreras al desarrollo de un modelo de interoperabilidad clínica que es necesario superar y resolver, según la opinión de los expertos, fundamentalmente las legales, culturales, organizativas, económicas y operativas una vez que las tecnológicas están prácticamente superadas dado el avance ingente de la innovación en este campo.

Actualmente existe un consenso global sobre la importancia de compartir información puesto que aporta grandes beneficios a todos los agentes del sector. Se conocen iniciativas como “Blue Button” en Estados Unidos que permite a los ciudadanos acceder a su información clínica desde cualquier localización o la Historia Clínica Digital del SNS en España; sin embargo, todavía no ha existido un proyecto que haya tenido el alcance y la penetración requeridos para materializar los beneficios de la interoperabilidad. Para el presidente de IDIS, “es imprescindible poner en marcha un modelo de interoperabilidad organizativa que posicione al paciente en el centro de los procesos como responsable último de la gestión de la información. Ya no será fundamental una gran plataforma única y centralizada que custodie la información clínica, que disponga de referencias a dicha información o que gestione los accesos a la misma. Ahora será suficiente con que cada paciente disponga de su información y tenga la posibilidad de autorizar a terceras personas a que la consulten para un propósito concreto”.

El 97% de los ciudadanos y el 87% de los profesionales médicos consideran que el paciente debe tener acceso a su historia clínica

Este modelo de interoperabilidad organizativa permite que el paciente sea el artífice del intercambio de su propia información clínica y pueda autorizar de forma voluntaria a un tercero a consultar dicha información.

Modelo Mi e-salud
Este modelo ya es viable desde hace unos meses gracias a IDIS y a través de la plataforma “Mi e-Salud”, una herramienta que permite que el paciente pueda transitar con absoluta libertad en cualquier entorno y disponer de su información clínica en cualquier lugar, siendo todo ello accesible para el profesional sanitario de una forma ágil y segura. “Es decir, este modelo hace posible que los pacientes puedan acceder a todos los datos de su historia clínica y puedan compartir sus informes con los profesionales. Además estos también podrán incorporar información para que otros profesionales puedan tener una visión global del estado de salud de los pacientes”, explica Adolfo Fernández-Valmayor, que concluye recalcando que este modelo de interoperabilidad persigue “posicionar al paciente en el centro del proceso, sumar el mayor número de organizaciones sanitarias posible y materializar los grandes beneficios potenciales que se ofrecen para todos los actores del sector”.

El modelo “Mi e-salud” permite que el paciente pueda compartir con el médico o el profesional sanitario su información de salud

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