Los pediatras contra la difusión de información falsa sobre las vacunas porque es un peligro la salud infantil

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La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) lamenta profundamente que una herramienta de salud pública de tanta efectividad y seguridad como son las vacunas sea cuestionada, de nuevo, con argumentos rebatidos hace tiempo desde todos los foros científicos. Gracias a las vacunas se evitan cada año millones de muertes y enfermedades, no solo infantiles. Además, su seguridad ha sido ampliamente demostrada científicamente.

En esta ocasión en concreto, se trata de un programa radiofónico al que no vamos a hacer publicidad, que saca a la luz la relación entre autismo y las vacunas, relación que está científicamente descartada. Quien vuelve a poner en antena un tema como éste, debería saber que difundir este tipo de opiniones, que como se ha demostrado son falsas, es una muestra de irresponsabilidad e ignorancia, ya que esto confunde a la población y pone en peligro las coberturas vacunales por las que tanto hemos trabajado. Algunos padres que hayan escuchado estos comentarios, pueden llegar a plantearse no vacunar a sus hijos y, en consecuencia se ponen en peligro a muchos niños“, aseguran desde la AEPap.

Definitivamente, el autismo no está relacionado con las vacunas. No obstante, desde la Asociación insisten en que siempre “estamos dispuestos a argumentar las razones de esta tajante afirmación y a debatir, con rigor, cualquier otro aspecto relacionado con las vacunaciones que sea motivo de preocupación entre las familias, ya que es una de las principales tareas de nuestro cometido profesional, con la satisfacción, además, de estar entre uno de los países del mundo que mejores tasas de vacunación infantil tienen”, concluyen desde la AEPap.

La propia AEPap ha recogido unas referencias bibliográficas para mayor claridad:

Relacionadas con el debate ahora relanzado:

Por su parte, la OMC también ha emitido un comunicado en el que asegura

1. Las vacunas no causan autismo. Este bulo nació en el año 1998 del Sr. Wakefield, al que el Colegio General Médico Británico le retiró la licencia de médico acusándole de actuar de forma deshonesta e irresponsable, reconociendo que las conclusiones y los métodos del médico británico eran falsos. En los años posteriores se han publicado cientos de estudios científicos con decenas de miles de niños estudiados y en ningún caso se observó tal asociación.
2. No hay ninguna epidemia de autismo, para ser más exactos, de trastorno del espectro autista. Existe una clasificación más reglada, un mejor conocimiento de la enfermedad que se une a una mayor preocupación y temor por parte de familiares y sociedad general que pide aclarar y buscar las posibles causas de este supuesto incremento.
3. Las vacunas son seguras, no contienen mercurio, son efectivas y salvan cada año millones de vidas en el mundo. Las vacunas suponen el mayor avance de la medicina en los últimos años y sembrar la duda con informaciones desfasadas, equivocadas y falsas, es una temeridad.
4. Las vacunas son medicamentos esenciales que hay que utilizar apropiadamente. Los debates, necesarios y obligados, basados en la búsqueda de la mayor evidencia posible, forman parte de la esencia del compromiso ético y profesional de los médicos.
5. No menos importante es que en España, existe ya el principio consagrado de prevalencia del “interés superior del menor” (Ley Orgánica 8/2015 de Protección del menor y del adolescente), incluso frente a la patria potestad de los padres que tendrá́ una importante incidencia también en el terreno de las vacunas, terreno en el que es determinante considerar que las indicaciones vacunales son recomendaciones sanitarias y por tanto de libre aceptación, salvo los concretos casos de epidemias o grave riesgo para la salud pública, único caso en España actualmente en el que las autoridades pueden imponer la vacunación obligatoria a la población.

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