Publicado en El Español Lavarse y secarse correctamente las manos no es fácil. Desde 1846, hace tan sólo unos pocos años, se sabe que este hábito puede evitar la transmisión de una innumerable cantidad de infecciones. Asimismo, como bien indica la OMS, hay que seguir unas pautas determinadas para llevar a cabo dicho lavado de manos. Siempre es necesario usar jabón junto al agua, y jamás agua sola. Hasta el momento se pensaba que la temperatura del agua para el lavado de manos era importante, y que dicha agua debía estar caliente -sin llegar a quemar-. Sin embargo, un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Rutgers ha desmentido el mito: la temperatura del agua usada es indiferente, y la eliminación de bacterias que se logra es similar.