En España el 10% de los niños nacidos pequeños para su edad gestacional necesitará tratamiento con la hormona de crecimiento

En España, aproximadamente cinco de cada 100 niños nacen pequeños para su edad gestacional, el 90% recuperara la talla dentro de los percentiles para su edad, sin embargo, según el doctor Javier Miranda, jefe de Pediatría de Vithas Nisa de la Comunidad Valenciana, “el 10% restante será susceptible de recibir tratamiento con la hormona de crecimiento humana recombinante a partir de los 4 años de edad, con el fin de alcanzar una mayor talla en la edad adulta”, y es que así se puso de manifiesto en la I Jornada de Pediatría Privada en Detección del Niño PEG (Pequeño para la Edad Gestacional) celebradas recientemente en Valencia por la Fundación Hospitales Vithas Nisa de Valencia y Pfizer.

Las consecuencias de este trastorno se asocian a una mayor morbilidad en la edad adulta, si no se aborda adecuadamente, aunque los mecanismos fisiopatológicos condicionantes de esta evolución no se conocen con exactitud.

Si el tratamiento responde satisfactoriamente se mantiene hasta la pubertad

La continuidad del tratamiento dependerá de la eficacia, y es que como afirma el Dr. Miranda, “si se observa respuesta al tratamiento, se mantiene hasta la pubertad”, que es “cuando se produce el cierre de los cartílagos de crecimiento y por tanto se ha alcanzado la talla adulta. Si no hay respuesta al tratamiento, éste será suspendido”.

Otros problemas asociados a los niños PEG que pueden manifestarse incluso en la edad adulta, como un adelantamiento de la pubertad, alteraciones cardiovasculares y metabólicas, e incluso alteraciones en el neurodesarrollo, suponen como indica el experto que “desde las consultas de pediatría general debemos estar atentos a posibles alteraciones en estas áreas para actuar sobre ellas precozmente e, incluso, favorecer hábitos preventivos como una dieta adecuada o disminuir el sedentarismo”.

La etilogía de los niños PEG es multifactorial

La etiología de los niños PEG es multifactorial y entre las causas más frecuentes están las maternas (hipertensión materna, diabetes pregestacional, malnutrición, exposición a tóxicos…), las causas placentarias y las fetales (enfermedades genéticas, infecciones, malformaciones o embarazos múltiples).

Ante esta variedad de causas, como apunta el doctor José Juan Alcón, de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, es importante tener en cuenta la prevención, la cual “pasa por actuar sobre aquellos factores que son modificables, como el estado nutricional de las madres y el control de sus patologías antes y durante la gestación”.

Asimismo, añade, que en las primeras épocas de la vida, si la enfermedad no se controla, pueden aparecer retrasos psicomotores y en el aprendizaje. “Numerosas enfermedades tradicionalmente consideradas del adulto, como la diabetes tipo 2, la hipertensión o el síndrome metabólico pueden tener su origen ya en la época fetal relacionadas con este bajo peso al nacer”, concluye.
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