No me gustan los anglicismos pero en este caso es difícil encontrar un vocablo español que se adapte su significado. Si tuviera que definirlo sería algo así: “estar en un estado de alerta y plena consciencia, pero a la vez de relajación, paz y plena presencia. Tranquilo pero alerta, relajado pero lúcido para tomar la decisión correcta“.
¿A quién no le gustaría que su médico estuviera así cuando lo explora y tiene que hacer un diagnóstico, poner un tratamiento o ajustarlo? ¿A quién no le gustaría que su jefe, superior jerárquico o compañero al que tienes que consultar, o con el que va a hablar de algún problema en el que tiene que apoyarte o aportar la solución te recibiera así?: alerta, en paz, dejándote expresarte, reflexionado sobre lo que le has contado, captado instantáneamente la esencia del problema que expones y la situación que provoca.
Mindfulness es el estado ideal para rendir y dar lo mejor de nosotros mismos, ya seamos clínicos o directivos
Esto es porque sabemos que el médico que está en ese estado tiene más probabilidad de acceder a sus conocimientos y más opciones de que no se le escapen signos y síntomas para hacer el diagnóstico correcto.
Es porque detectamos que en ese estado al que hablamos está más preparado para comprendernos y ayudarnos. No va interponer sus prejuicios, moldes, miedos, prisas e inseguridades.
Por eso no nos gusta que nos atienda un médico con prisas, ausente, estresado o con falta de sueño. Y tampoco nos es agradable que nos atienda un directivo ausente, con prisas, estresado, y al que notamos que no le importa lo que le contamos, o que contemos lo que le contemos tiene ya la idea preconcebida o el juicio hecho sobre lo que le dices.
No nos gusta que nos atienda un médico con prisas, ausente, estresado o con falta de sueño
Mindfulness es el estado ideal para rendir y dar lo mejor de nosotros mismos a los demás ya seamos clínicos o directivos. Y ambas profesiones clínicos y directivos son para dar lo mejor.
No se nos escapa a ninguno que hay muchos problemas y condicionamientos para no estar así. Se nos puede ocurrir mil justificaciones razonables y plausibles pero sabemos que de otra forma no ofrecemos lo mejor, por ello debemos de intentarlo a pesar de las circunstancias adversas.
Y para ello no me gusta dar recetas. Cada uno de nosotros deberíamos saber cómo relajarnos, cuanto debemos descansar y que pausas debemos hacer para estar bien.
Sin embargo, quizá no estemos acostumbrados culturalmente a una serie de prácticas que ayudan mucho. La primera la relajación o meditación, actividad poco conocida y practicada en el sector y que incluso puede verse como una pseudociencia cuando está estudiada desde el punto de vista científico, y que además puede ser muy diversa. Hablo de una relajación o meditación laica sin connotaciones religiosas que relaja mente y cuerpo. El efecto de esta relajación también puede conseguirse rápidamente con actividades alternativas de ocio que nos llenen. Muchas veces en la naturaleza incluyendo actividad física.
En los sitios de trabajo la dirección y los mandos intermedios deberían de saber que es necesario espacios de descanso y relax
Dormir bien es fundamental y solucionar los problemas que producen mal sueño tratando de no recurrir a los medicamentos. La higiene del sueño es algo que también se enseña poco y tiene que ver con el tipo de cama, colchón, almohada y como se comporta nuestra vías aérea al dormir. Es importante que nuestro cerebro se oxigene bien durante el sueño y solucionar los problemas que puedan impedirlo.
El estado de ánimo también afecta a nuestra capacidad de estar alerta, despierto y relajado. Conseguir que sea positivo, alegre y motivado también es un arte.
En los sitios de trabajo la dirección y los mandos intermedios deberían de saber que es necesario espacios de descanso y relax, y sobre eso muchas empresas modernas, como Google, nos llevan siglos de ventajas ofreciendo posibilidades de relajación y esparcimiento no vistas en nuestras empresas e instituciones, donde parece que está mal visto descansar, cuando un descanso a tiempo es fundamental para luego trabajar mucho mejor.
En fin, puede ser muy complicado e influyen muchos factores para alcanzar un estado de alerta óptimo, pero vale la pena intentarlo y que cada cual elimine los problemas y obstáculos que le impidan alcanzar un estado de mindfulness aunque sea unas pocas horas al día donde podemos ser más productivos. Seguro que eso dispara los beneficios para nuestros pacientes, nuestros colegas y para nosotros mismos.
..Carlos Alberto Arenas. Gestor Sanitario y Vicepresidente de la Fundación Economía y Salud