Publicado en Médicos y Pacientes La Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ), ha creado un decálogo de pautas para ayudar a las personas con fibrosis quística a evitar sus posibles efectos adversos durante el verano, y disfrutar de estos meses. La fibrosis quística es una enfermedad crónica y hereditaria que afecta al sistema respiratorio y digestivo. En concreto, esta enfermedad produce secreciones que espesan el agua, sodio, y potasio obstruyendo los canales que las transportan. De esta forma, las zonas de los pulmones, hígado, páncreas y sistema reproductor se ven obstruidos por la aparición de inflamaciones e infecciones. Los especialistas y asociaciones advierten que las personas con este enfermedad presentan deshidrataciones graves asociadas a pérdidas aumentadas de sal por sudor. “El aumento de temperaturas se puede producir alcalosis metabólica: una descompensación en sangre de los niveles de bicarbonato que puede hacer que la persona se encuentre más cansada de lo normal, con malestar generalizado, incluso llegar a producir vómitos y diarrea”, señaló el vicepresidente de la Federación Española de Fibrosis Quística, Juan Da Silva.