El paciente, ¡sin papeles por favor!

¿Quién no ha acudido a la consulta de algún médico y lo primero que ha tenido que entregar ha sido un papel que había recibido previamente? Ese papel que, por otro lado, nos entregaron hace semanas o meses y nunca aparece cuando llega el momento.

Me imagino que muchos de nosotros habremos tenido esta experiencia que, dicho sea de paso, no es nada extraña en el entorno sanitario. El uso de papel (no sólo internamente, tema que ya abordamos cuando hablamos del hospital sin papeles, sino también con el paciente) está ampliamente extendido en el mundo sanitario y se considera una costumbre. Costumbre que, hoy en día, es en muchas ocasiones innecesaria y que habría que empezar a desterrar de nuestros sistemas y organizaciones.

Que viaje la información, no el paciente
Los tiempos en que vivimos actualmente, con el grado de desarrollo de la tecnología, hacen que sea posible (como todos sabemos), enviar y recibir información clínica con total garantía entre los diferentes sistemas utilizados por las organizaciones sanitarias e, incluso, entre diferentes organizaciones.

De esta forma, ¿por qué delegamos en el paciente la función de enviar esta información de un lado a otro y no la automatizamos? En el mejor de los casos conseguimos papeles que, una vez recibidos, habrá que introducir en su historia clínica. Pero serán otros (muchos) los casos en los que el paciente lo pierda o lo olvide, lo que generará molestias adicionales en un sistema que ya de por sí está saturado.

La información clínica, entre sistemas
En el momento en que estamos actualmente no tiene sentido que sea el paciente quién, utilizando el papel (u otros métodos más o menos sofisticados), tenga que llevar su información clínica de un servicio a otro dentro de una organización sanitaria o incluso entre diferentes organizaciones.

Todos los sistemas que deban disponer de información clínica deberían estar conectados para evitar que ésta esté compartimentada. La historia clínica del paciente, como repositorio de toda su información de salud, debe ser única y deber ser alimentada automáticamente por todas las aplicaciones y profesionales que traten al paciente.

Citas, programaciones y recordatorios, a través de Internet
¿Qué hacemos muchos de nosotros hoy en día cuando queremos recordar alguna cita importante? ¿No lo anotamos en el teléfono? La tecnología ha traído a nuestra vida elementos que nos facilitan tareas cotidianas como recordatorios, compras online o incluso otras más complejas como puede ser la facturación de un vuelo.

¿Por qué, entonces, tengo que llamar por teléfono o acudir a un mostrador a reservar una cita con mi médico de familia y conservar un papel con la fecha? Debemos incorporar (deberían estar ya) elementos a nuestras organizaciones que nos permitan saber cuándo tenemos consulta, que nos lo recuerden cuando se acerca la fecha, que nos faciliten los cambios de fecha … en resumen,  elementos que simplifiquen y agilicen nuestra comunicación con las organizaciones más allá del teléfono o incluso de la visita presencial.

Derivaciones, autorizaciones y volantes, electrónicamente
Otro ejemplo que nos viene a la mente (seguramente a la gran mayoría) son los famosos volantes, que muchos habremos tenido que utilizar. De nuevo es el paciente quien tiene que acudir de un sitio a otro con papeles en la mano.

Si somos capaces de enviar información clínica de un lado a otro, ¿no podemos enviar una solicitud de derivación de un paciente de un servicio a otro? ¿O incluso de un centro a otro? ¿Y no se puede automatizar el circuito disponible para las autorizaciones de prestaciones? La tecnología dispone de las herramientas necesarias para llevarlo a cabo, únicamente hay que utilizarlas.

Informes y resultados de pruebas, a la carpeta personal de salud
Cada vez es más habitual que el paciente disponga, en sus organizaciones sanitarias, de espacios donde poder gestionar y consultar sus datos de salud. Estos portales de pacientes y carpetas personales actúan de repositorio de su información clínica y son un buen lugar para recibir informes y resultados.

No es (o no debería ser) necesario hoy en día que el médico nos entregue una copia de un informe médico o del resultado de una prueba. Todo debería residir en lugares a los que el paciente tenga acceso y desde donde pueda leerlo, revisarlo, imprimirlo o hacer con ello lo que fuera necesario.

A veces el papel es necesario, pero muchas veces no
No pretendemos decir que el papel sea siempre prescindible, no es así. Hay ocasiones en que es necesario que el paciente lleve a su casa indicaciones sobre la administración de un tratamiento, un consentimiento informado para poder leerlo con tranquilidad o información referente a una determinada patología. No todos los pacientes son iguales ni tienen el mismo nivel de acceso o destreza con los elementos tecnológicos y eso debe tenerse en cuenta a la hora de entregar o no un papel.

Pero ¿qué sentido tiene acudir a una farmacia y entregar una hoja para poder recibir un medicamento cuando esta prescripción ya ha sido previamente enviada electrónicamente? ¿O generar y almacenar miles y miles de carpetas con consentimientos firmados manualmente cuando existe la firma digital? Desde nuestro punto de vista poco por no decir ninguno.

Incluimos el papel en nuestros procesos de interacción con el paciente sin analizar muchas veces si es o no es necesario y si puede evitarse. Y cuando nos detenemos a pensar en las consecuencias de su pérdida nos damos cuenta de que son mínimas o incluso inexistentes. Por ese motivo hay que tratar de evitar, en la medida de lo posible, que sea el paciente quien tenga que llevar de un lado a otro ningún papel y optar por la transmisión electrónica y la automatización. Así conseguiremos un sistema de salud más ágil y eficiente.

¿Creéis que es posible que algún día el paciente no tenga que aportar ningún papel a su historia clínica?
..Pedro Gonzalo. Hablando de eSalud

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en