Científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología Daegu Gyeongbuk (Corea del Sur) y la Northwestern University (Estados Unidos) han diseñado un nuevo microsistema electrónico e inalámbrico que se coloca como si fuera un parche en la piel y permite medir diferentes parámetros de salud y enviar la información a un teléfono móvil.
Este dispositivo que, como explican sus creadores en la revista Nature Communications, puede describirse como una especie de “piel electrónica”, permite controlar el ritmo cardiaco, la respiración, el movimiento o la actividad de los músculos y el cerebro, entre otras prestaciones, además de su tamaño que, de apenas cuatro centímetros (1,5 pulgadas) de diámetro hace que se pueda pegar en casi cualquier parte del cuerpo.
El parche tiene unos 50 componentes conectados por una red de 250 pequeñas bobinas de alambre recubiertas de una suave silicona protectora que facilita su mejor adaptación a la piel, en comparación con otros dispositivos de monitorización duros. Además, a diferencia de los sensores planos, las pequeñas bobinas de cables de este dispositivo son tridimensionales, lo que maximiza sobremanera la flexibilidad, y es que pueden estirarse y contraerse como un resorte sin que el riesgo de romperse esté presente. Su configuración, como si estuvieran formando un patrón de tela de araña, asegura “niveles uniformes y extremos de estiramiento y flexibilidad en cualquier dirección”, indican los autores.
La clave para crear este nuevo microsistema es estirar la base elástica de silicona, mientras que los pequeños arcos de alambre, fabricados de oro, cromo y fosfato, se colocan sobre ella. Los arcos están firmemente conectados a la base solamente en un extremo de cada arco, por lo que cuando la base se contrae los arcos emergen formando bobinas tridimensionales.
El sistema se alimenta de forma inalámbrica, por lo que no hace falta una batería
Todo el sistema se alimenta de forma inalámbrica, en lugar de ser cargado por una batería. Además, los investigadores tuvieron presente los principales problemas eléctricos o mecánicos que pudiera tener para optimizar su uso, tales como la posición de los sensores o la longitud de los cables, para minimizar interferencias o ruido en la señal.
“Combinando grandes datos y tecnologías de inteligencia artificial, los biosensores inalámbricos pueden ser desarrollados como parte de un sistema médico completo que permita la recopilación, almacenamiento y análisis de información sanitaria”, afirma Kyung-In Jang, profesor de Ingeniería Robótica del Daegu Gyeongbuk que ha participado en su desarrollo.
Los autores aseguran que este nuevo dispositivo tendría una gran variedad de aplicaciones, incluyendo un seguimiento continuo de la salud y el tratamiento de enfermedades.
..Foto: Ginnersnow
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