Descubren que un medicamento ya existente podría ayudar a proteger la fertilidad de las mujeres con cáncer

Investigadores del Weill Cornell Medicine de Nueva York (Estados Unidos) han descubierto que un medicamento, ya existente, puede ayudar a las mujeres con cáncer a evitar los problemas de fertilidad que pueden causar los tratamientos contra la enfermedad.

Y es que algunos tratamientos del cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia pueden ser un obstáculo para aquellas mujeres que, en edad fértil, y que han superado la enfermedad quieren tener hijos, por ello que mediante diferentes técnicas como la congelación de tejido ovárico, óvulos o embriones ya fecundados, se les recomiende la posibilidad de preservar la fertilidad antes de ser tratadas.

En concreto, esta investigación que, publica Genetics, se ha basado en un estudio de 2014 que identificó una proteína llamada punto de control (CHK2) que se activa cuando los ovocitos son dañados por la radiación.

La proteína participa en un proceso natural que conlleva la eliminación de ovocitos con el ADN dañado. Sin embargo, en un estudio con ratones vieron que si trataban a estos animales sin esta proteína, los ovocitos lograban sobrevivir y reparaba su ADN dañado, pudiendo así dar a luz a crías sanas.

En este caso, tal y como explica John Schimenti, principal autor de la investigación, se estudió la posibilidad de inhibir esta vía. Para ello emplearon una serie de medicamentos ya existentes, los inhibidores de CHK2 que, habían sido desarrollados para tratar el cáncer pero “irónicamente no demostraron ser muy útiles”.

Al administrar a los ratones este fármaco inhibidor, se anulaba la vía de control, y los ovocitos que no fueron destruidos por la radiación y por ende permanecían fértiles, permitían el nacimiento de ratones sanos.

Todavía se necesitan ensayos clínicos en seres humanos para que sea una realidad

La principal preocupación es que, a pesar de que estos ovocitos irradiados, llevaron al nacimiento de crías sanas, es posible que alberguen mutaciones que se manifiesten después de una o dos generaciones, porque estamos evitando una evolución importante en el mecanismo de control de la calidad genética que debe investigarse más adelante en la secuenciación del genoma”, reconoce el investigador.

La relevancia del estudio para la comunidad científica es importante, y es que establece un precedente para la coadministración de estos u otros fármacos y comenzar a tratar el cáncer al mismo tiempo, aunque como advierten los investigadores, esta pauta todavía requiere largos ensayos clínicos en seres humanos hasta que pueda ser una realidad.

Mientras que los seres humanos y los ratones tengan diferentes fisionomías, queda mucho trabajo por hacer para determinar las dosis más seguras y eficaces, pero está claro que es un primer paso”, concluye Schimenti.
..Redacción

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