Lo que nos sobra

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Dicen antiguos textos sagrados hindúes que para construir primero debemos de destruir. Por ello en el hinduismo tienen una diosa: Kali, que se dedica a destruir y hacer tabla rasa. Se la representa con una daga en la mano y los ojos muy abiertos inyectados en sangre, danzando sobre cadáveres. La verdad es que es una imagen terrible y que no tiene ninguna gracia tras los atentados de yihadistas fanáticos con armas blancas. Sin embargo no tiene nada que ver. El hinduismo es una de las religiones más antiguas y ahora sus seguidores son muy pacíficos y entienden que la de Kali no es una representación literal sino que está pensada en sentido espiritual para despertar las consciencias y dar miedo al que no cambia, evoluciona y mejora. Y esto es absolutamente extraordinario pues hay una tendencia humana muy conservadora a la cual le aterra el cambio. Kali destruye lo que sobra para construir bien con nuevos cimientos.

Y hoy quería hacer una reflexion sobre lo que nos sobra en nuestra sociedad para estar más sanos y para gestionar mejor la sanidad. Seguramente será muy sesgada y basada en mi experiencia, pero también en las evidencias que se disponen, que son amplias en algunas ocasiones.

Claramente en España sobra tabaco, la primera causa de muerte mundial sigue teniendo una prevalencia elevada en nuestro país por culpa de falta de educación para la salud en jóvenes que se inician en esta adicción.

Sobra azúcar, mucha azúcar. Si en el supermercado leemos las etiquetas de los productos veremos las cantidades ingentes de azucar que se pone a muchos alimentos procesados y cuando no sacarina. Parece que mucha poblacion es adicta al sabor dulce. Porque es eso otra adicción muy dañina. Quizá la más dañina después del tabaco.

En España sobra tabaco y azúcar, sería “cojonudo” un impuesto para los alimentos con exceso de azúcar

Sobra peso. En parte es una consecuencia de la adicción anterior, sobra peso en muchas personas y sobre todo en estamos en el pelotón de cabeza de Europa en sobrepeso y obesidad infantil.

Quizá no sobrarían acciones decididas contra el exceso de azúcar en los alimentos. Soy de los que piensan que sería “cojonudo” un impuesto a los alimentos a partir de un porcentaje de azúcar. Ya que el problema es que ahora las empresas de alimentación sabiendo que cuanto más dulce, más se vende, y no tienen escrúpulos en inundar sus productos de azúcar. De paso, hacemos ricos a las azucareras. Las mayores fortunas silenciosas que no salen en los medios pero tienen mucho poder están en el negocio del azúcar.

Pero tambien sobran y ya en concreto en la sanidad española algunas cosas tan evidentes pero dificiles de modificar como estas:

Decisiones políticas y no técnicas en cuanto a que hay que hacer para mejorar la salud de la población (cartera de servicios sesgadas hacia la medicina más llamativa y especializada olvidando la prevención y la salid pública), a quienes se nombra para gestionar centros (amigos o conocidos con carnet de partido frente a profesionales de experiencia). En definitiva entender la sanidad como un cortijo y un vivero de cargos para nombrar para quien alcanza el poder político.

Digamos que sobra la monolítica creencia en algunos sectores de que sólo es “pura, santa y digna de existir” la gestión pública pues la privada siempre es “corrupta y malvada”. Sobre todo cuando los datos no dan la razón. Y aquí me caerá la del pulpo por los que su tendencia ideológica no les permite concebir que no sea una verdad absoluta que lo único posible es la gestión pública.

Por lo que también diría que sobra dogmátismo aún y falta el espíritu crítico pero también la mente abierta de los buenos científicos que tienen que emigrar normalmente a otros países no tanto por la falta de ayudas económicas (que también) sino sobre todo porque se les valoré en función de su trabajo y de sus aportaciones a la ciencia, y no de según quien sea tu “padrino” en la Universidad y a que catedrático rinda pleitesía.

Nos sobran decisiones políticas y no técnicas, dogmatismos sobre la gestión pública, espíritu crítico y NO sobra personal

Y para que no sea un artículo centrado en la negatividad diré que no sobra personal; sobre todos en los sitios pequeños que no se han inflado como otros grandes donde la capitalidad y el tercer nivel del hospital se lleva todos los recursos. Tampoco sobra la ilusión y las ganas que veo en mucho y que es definitivamente lo que nos salva como sistema. Y por último no sobra presupuesto ya que tenemos una sanidad barata en coste por habitante en comparación con países de nuestro nivel: aunque siempre se pueda mejorar la gestión, sobre todo invirtiendo promoción de la salud y prevención de la enfermedad, para lo cual necesitamos abrirnos como sector a la colaboración con otros: sector social con el que deberíamos estar más unidos, consumo, tráfico, educación, político y legislativo. En definitiva que la salud y cómo cuidarla impregne a toda la sociedad.
..Carlos Alberto Arenas. Gestor Sanitario y Vicepresidente de la Fundación Economía y Salud

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