¿Cómo combatimos los bulos sanitarios?

Medicamentos suspendidos por el Ministerio de Sanidad porque pueden provocar la muerte, vacunas que producen autismo, sandías cancerígenas… los bulos sanitarios encuentran en Internet el medio ideal de propagación. Los bulos han existido siempre pero gracias a Internet y las redes sociales conocen una difusión nunca soñada en el pasado.

En servicios de mensajería instantánea, como WhatsApp, los bulos, en forma de cadenas, encuentran un caldo de cultivo ideal: WhatsApp es un canal en el que la información no se contrasta y es difundida por usuarios sin formación sanitaria que, alarmados, transmiten de forma instantánea la noticia falsa a familiares y amigos. Así se han generado numerosas alertas sanitarias falsas y grupos sociales tan sensibles como pueden ser los padres se convierten en los principales transmisores de estas alarmas.

Y, para más inri, en los últimos tiempos, han aparecido también personajes famosos que, en su condición de influencers, han colaborado en la difusión de bulos sanitarios demostrando muy poca responsabilidad y menos conocimiento. ¿Quién recuerda a Javier Cárdenas y sus ataques a las vacunas? Hasta la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANISALUD) tuvo que intervenir para recordar al famoso presentador que se informara mejor pues con sus críticas sin fundamento a la vacunación estaba poniendo en peligro las vidas de muchos niños si sus padres optaban por no vacunarles.

Así pues, ante el irresistible ascenso de los bulos sanitarios, ¿qué podemos hacer?

  • En primer lugar, difundir entre la población que, para informarse sobre salud, deben acudir a medios y periodistas especializados, así como a webs contrastadas. El vecino del quinto o el pescadero no son fuentes contrastadas ni tampoco webs sin autoría conocida ni participación de profesionales sanitarios. El público en general debe informarse en webs como Isanidad, donde colaboran profesionales médicos y es publicada información objetiva y veraz.
  • Los famosos deben ser más conscientes de su condición de influencers y actuar siempre de forma responsable. Y, si no tienen ningún tipo de formación sanitaria ni información de primera mano y contrastada que aportar, lo mejor es que no se abstengan de opinar en muchos asuntos relacionados con la salud.
  • Los periodistas y medios de comunicación especializados han de hacer un esfuerzo extra por proporcionar información más accesible y comprensible para el gran público, con testimonios humanos. Este objetivo lo han de compartir las instituciones sanitarias en su comunicación con los pacientes.

De estos objetivos y de cómo informar en salud a pesar de bulos y trolls se ocupará la segunda edición del Congreso Nacional de eSalud, que tendrá lugar en Madrid del 28 al 30 de noviembre, organizado por la Asociación de Investigadores en eSalud (AieSalud) y la agencia COM SALUD.
..Ricardo A. Mariscal López. COM SALUD

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