Bruxismo: una costumbre que produce dolor de cabeza y otros efectos nocivos

El bruxismo es un trastorno del sistema de masticación que se caracteriza por apretar o chirriar los dientes manteniendo el contacto de los superiores con los inferiores, generalmente de forma inconsciente y normalmente mientras dormimos. Como indican los especialistas, este trastorno está regulado por el sistema nervioso central, y es que antes de cada episodio se aumenta la actividad cerebral y el ritmo cardíaco. Ahora bien, la pregunta del millón: ¿Por qué se produce?

Las causas no están del todo claras, pero se podría decir que el estrés es el factor desencadenante más importante, aunque bien es cierto que se pueden mencionar otras causas, como presentar una alineación inadecuada de los dientes, mala alimentación, hábitos de sueño…

El principal inconveniente del bruxismo es su dificultad para ser diagnosticado. Se puede manifestar como una cefalea y si no es detectado precozmente y, por ende tratado con rapidez, la destrucción y desgaste de las piezas dentales puede producirse, así como también contribuir a la aparición de caries, gingivitis y traumatismos en las encías. Este problema que, algunos estudios revelan que afecta a siete de cada 10 adultos, puede producir dolores en la mandíbula, en los oídos y generar sobrecarga y contracturas en la zona cervical y músculos de la zona trapezoidal.

Hay dos tipos de bruxismo: nocturno y diurno

Se pueden distinguir dos tipos de bruxismo en función del momento del día en que se produzca; el nocturno, que se produce durante el sueño, y el diurno, que se produce durante el día, también de manera inconsciente y mientras realizamos una actividad.

Para tratar el bruxismo, tradicionalmente se han empleado unos protectores dentales o férulas para evitar su aparición durante el sueño, sin embargo las férulas no siempre funcionan, o mejor dicho, no es el tratamiento definitivo, ya que aunque desaparezca el dolor, este vuelve a aparecer si se dejan de usar. Por ello, teniendo como objetivo eliminar el dolor, hay otros tratamientos y recursos.

Así, se recomienda evitar el consumo de alimentos y bebidas excitantes; realizar masajes mandibulares; y utilizar una buena almohada de soporte para el cuello, así como vigilar la postura al trabajar o estudiar. Del mismo modo, se recomienda hacer deporte tres veces por semana y evitar morderse las uñas, masticar chicle o sujetar el teléfono con el mentón ni hacer otras posturas en las que la articulación se encuentre forzada a un trabajo innecesario. Lo que está claro que, al ser un problema en el que estrés es quizás su factor más desencadenante, tratar de controlar la ansiedad y reducir el estrés sin suda pueden reducir el bruxismo.
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