Y con las malas críticas, ¿qué?

Condenados a la memoria. ¿Es posible liberarse de esa condena?

Se dice que no hay una segunda oportunidad para dar una primera buena impresión. Pues bien, la realidad actual es que cada vez más usuarios acuden a Internet o a las redes sociales para buscar un especialista y la información que allí aparezca será la que conforme esa primera impresión, su reputación online.

La cuestión es que la cantidad de información que volcamos en Internet va mucho más allá de lo que nosotros consideramos. Haz una prueba. Solicita a cualquier red social que te dé toda la información que tiene sobre ti – estás en tu derecho-  te sorprenderá la cantidad de MBs que puedes haber generado.  Estamos condenados a que nuestra información esté en manos de terceros, la que le entregamos a sabiendas y aquella que recogen sin que lo sepamos unida a la que publican terceros sobre nosotros. Todo ello genera nuestra identidad digital y nuestra reputación online, y no saber gestionarla puede suponer un serio perjuicio.

Internet recordará la mayor parte de la información que se publique en ella y nos la entregará perfectamente ordenada de acuerdo a los criterios que nuestro Gran Hermano Google – principalmente- decida. No podremos evitarlo, se está hablando de nosotros, queramos escuchar o no. Hay varias formas de actuar de forma reactiva o proactiva, y esta última suele ser la mejor  de ellas. En cualquier caso siempre tenemos herramientas para actuar ante problemas reputacionales puntuales, y uno de ellos es el llamado derecho al olvido.

El derecho al olvido. ¿Está suficientemente protegido?

El derecho al olvido como tal no es más que el derecho de cancelación de información personal en Internet. No existe como derecho independiente. Está definido en el Reglamento Europeo de Protección de Datos, pero más allá de estas fronteras la posibilidad de aplicación se diluye. Éste reglamento publicado en 2016 y cuya aplicación efectiva se realizará en Mayo de 2018 pretende ampliar nuestros derechos fuera de nuestras fronteras, a aquellos proveedores que ofrezcan servicios dirigidos a ciudadanos europeos, pero sabemos que no va a ser fácil. En un momento en el que el dato es de lo más valioso en Internet las empresas que recaban información y comercian con ella no lo van a poner fácil. Tenemos herramientas para defendernos pero andamos en un terreno dónde chocan los derechos a la privacidad con los derechos a la información y a la libertad de expresión y no siempre es fácil determinar cuál prevalece. Aún así, aunque hablemos de entorno profesional, en ocasiones será posible utilizar este derecho para defenderse.

¿Podemos borrar del todo nuestro rastro en la Red?

La respuesta general que daría a cualquier cliente es que no. Nunca llegaremos por más esfuerzo que pongamos a eliminar todo rastro nuestro en la red. Salvo el señor Google y algún otro Gran Hermano, dudo que alguien tuviera esa capacidad. Aun así siempre se puede actuar ante casos concretos. No existe un botón de Darme de baja de internet.

Cómo se gestiona todo desde borrame.es; ¿proceso largo, caro?

El proceso más habitual requiere que el cliente nos comunique su problema indicando dónde está la información a eliminar. Nuestro equipo jurídico apoyado por técnicos informáticos estudian el caso y las posibilidades de éxito. Dependiendo de la complejidad y de la experiencia en casos similares se le propone un presupuesto dónde nos solemos comprometer con la consecución del objetivo de borrado, salvo casos excepcionales.

El proceso puede durar unos días o alargarse más de 6 meses si requiere solicitar la tutela de la Agencia Española de Protección de Datos o la que corresponda en cada caso.

Consideramos que es un servicio económico. Todo depende de la cantidad de información a eliminar, los responsables con los que contactar, los países dónde está la información, la legislación aplicable, etc.

Un consejo

Nuestra identidad digital y por tanto nuestra reputación online depende de lo que publiquemos y de lo que los demás publican acerca de nosotros. Hay que buscarse periódicamente para ver qué encontraría cualquiera que buscara por nuestro nombre, marca, email, teléfono, usuario habitual, etc. De ello puede depender nuestro futuro profesional, pero también el SCORING de nuestro banco, el tipo de interés que apliquen a nuestros créditos, o si puedo adoptar o no a un niño, y cuantas otras decisiones en las que la reputación juega un papel esencial.

Búscate y si necesitas ayuda, contacta con borrame.es. Defendemos el derecho al olvido.
..Manuel Moreno. CEO de Bórrame

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