Una terapia oral combinada es mejor para preservar la visión a largo plazo en pacientes con uveítis grave

Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn y el Hospital Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos) han descubierto que la terapia sistémica con corticoides orales e inmunosupresores puede servir para mejorar y preservar la visión a largo plazo de los pacientes con uveítis grave, en comparación con los implantes locales.

La relevancia del estudio, publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), es grande para la comunidad médica, y es que le traslada un mensaje de tranquilidad sobre la seguridad de emplear esta alternativa y puede llevar a muchos a modificar el abordaje terapéutico de esta patología que, es una inflamación dentro del ojo que puede estar producida por múltiples causas. En concreto, en una tercera parte de los pacientes la uveítis se produce por alguna enfermedad reumática como pueden ser la artritis idiopática juvenil, la espondilitis anquilosante, la artritis asociada a enteropatías, la artritis reactiva, algunas vasculitis sistémicas y la sarcoidosis, entre otras.

Para los casos más graves, el tratamiento generalmente requiere tomar corticoides orales y medicamentos inmunosupresores pero también se ha optado por un abordaje más localizado, en concreto, mediante la inyección de corticoides o el implante intravítreo de acción prolongada, que puede liberar acetónido de fluocinolona durante tres años.

En su estudio de seguimiento incluyeron a 215 pacientes que fueron asignados al azar para recibir un tratamiento sistémico con corticoides orales e inmunosupresión o terapia local con implantes de acetónido de fluocinolona.

Tras siete años de seguimiento, los resultados mostraron que los pacientes que tomaban medicamentos orales tenían en términos generales una mejor visión, en comparación con los que recibieron implantes y a diferencia con los hallazgos a cinco años de un estudio anterior.

Asimismo, el trabajo tampoco mostró un aumento significativo de los efectos secundarios sistémicos con solamente una excepción, ya que los pacientes con terapia oral tenían más probabilidades de necesitar antibióticos para las infecciones.

Los hallazgos sugieren que el tratamiento sistémico, si se utiliza adecuadamente, se puede administrar de forma relativamente segura durante un máximo de siete años. “Puede ser una opción inicial preferible para tratar las uveitis más graves”, afirma Douglas Jabs, uno de los autores de la investigación, que recuerda que entre los pacientes que recibieron implantes algunos empeoraron en términos de agudeza visual. La pérdida de visión se produjo con más frecuencia en el grupo de implantes debido al daño por lesiones inflamatorias en la parte posterior del ojo, que se dieron en el momento de la recaída de la uveítis.

En España hay unas 47.000 personas afectadas por uveítis

Según la zona anatómica del ojo afectada se pueden distinguir varios tipos de uveítis: las que se desarrollan en la parte anterior del ojo (uveítis anteriores), las que se desencadenan en el polo posterior del ojo (uveítis intermedias y uveítis posteriores) y las que afectan a ambas zonas (panuveítis).

A pesar de la relativa baja incidencia de la uveítis (0,1%, lo que supone 52 casos nuevos por 100.000 habitantes al año en países desarrollados), se estima que el 10% de pérdidas visuales totales se debe a esta enfermedad y supone la tercera causa de ceguera en países desarrollados en pacientes en edad laboral.

En España, según la Asociación de Pacientes de Uveítis (AUVEA), la primera asociación de pacientes con uveítis de España, hay unas 47.000 personas afectadas por esta enfermedad y cada año se diagnostican entre 14 y 17 casos nuevos por cada 100.000 habitantes.

Las uveítis pueden tener un gran impacto en los pacientes, tanto a nivel físico como psicológico y social. La pérdida de visión y el dolor limita considerablemente la calidad de vida de las personas que padecen esta patología”, recuerda Silvia Matrai, presidenta de AUVEA.

..Emilio Ramirez

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