Los pacientes con trastornos alimenticios, en ellos, las interrupciones en el sueño son frecuentes, y es que a veces pueden despertarse de madrugada y desarrollar acciones compulsivas y, por el contrario, tener un sueño ligero, pero que con frecuencia se interrumpe.
“Pensábamos que la hiperactividad nocturna se debía al deseo de hacer ejercicio físico sin ser vistas, pero también se da en pacientes que no tienen que esconderse. Algo parecido ocurre en pacientes con bulimia cuyos episodios se dan más frecuentemente por la tarde y por la noche”, afirma la doctora Carmen Ponce de León, jefa de la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. “Siempre hemos pensado que se daban a esa hora porque era cuando los pacientes llegaban a casa, pero también ocurre así en personas que pasan el día en su domicilio. En definitiva, estas observaciones y otras más complejas (aportadas por la investigación neurobiológica), indican que hay factores asociados al ritmo circadiano -el reloj biológico- que deben tenerse en cuenta para mejorar los tratamientos”, añade.
Los descubridores del reloj biológico interno del cuerpo abren nuevas perspectivas para el tratamiento de pacientes con trastornos de la alimentación
El premio Nobel de Medicina 2017 fue para los estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young. Y es que la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo entregó el galardón a este trio de investigadores por “sus descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano” y que abren nuevas perspectivas para el tratamiento de los pacientes con trastornos de la alimentación. Sí vale el símil, estos “relojeros” descubrieron el funcionamiento de nuestro reloj biológico interno.
“En las entrevistas con los pacientes tenemos en cuenta factores como su ansiedad, el miedo a engordar, sus preocupaciones… Ahora bien, debemos aprender más sobre sus horarios”, como “cuándo se levantan, a qué hora se acuestan, cuánto duermen, qué relación existe entre los ciclos de luz solar y las emociones y conductas de estas pacientes. Esta información puede permitirnos mejorar el tratamiento, además de conocer mejor el mundo de la paciente” explica la doctora Carmen Ponce de León.
Fármacos que intervienen en el ritmo de vigilia y sueño, hasta ahora no se habían tenido en cuenta en los tratamientos de trastornos de conducta alimentaria
La doctora además incide en un aspecto hasta ahora no se había tenido en cuenta, y es que “los cambios terapéuticos pueden llegar a incluir fármacos que intervienen en el ritmo de vigilia y sueño, como los relacionados con la leptina o melatonina, que hasta ahora no habían sido considerados en los tratamientos de trastornos de conducta alimentaria”.
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