¿Hospital de tercer nivel? Eso no existe

..Miguel Ángel Máñez. SaludconCosas.
En 2015 ya lo comentamos en voz altala división tradicional de hospitales en niveles o en grupos no tiene ninguna base. Los famosos grupos proceden de la división que hizo el INSALUD en 1980 (con una definición poco actualizada), el Catálogo Nacional de Hospitales no dice nada sobre este tema y la famosa división por niveles (terciario, etc) procede de la OMS y sus criterios son también algo inconsistentes y además nadie los ha adaptado a la realidad española.

Teniendo en cuenta todo esto, nos llama mucho la atención que:
  1. Muchas revistas sigan aceptando artículos que incluyen una clasificación de hospitales sin una base metodológica, sin nota al pie o sin cita bibliográfica (del tipo “hospital de tercer nivel“).
  2. Cuando un autor asigna un nivel a un hospital en una investigación, lo hace en base a ¿la costumbre? ¿algo que ha leído en la memoria del hospital?
  3. La clasificación por complejidad tiene como objetivo comparar resultados entre hospitales similares, pero si no hay una definición clara de nivel o grupo ¿quien asegura esa similitud?
  4. Lo habitual es citar el nivel sin ofrecer ninguna explicación adicional, en ocasiones ni siquiera se describe lo que los autores del artículo entienden por nivel o grupo.
Algunos ejemplos recientes de artículos en Gaceta Sanitaria, en Neurología, en Revista Infectio o en la Revista Española de Salud Pública. Las referencias al nivel del hospital aparecen en el título y poco más, sin que exista referencia a la norma o estudio que avala dicha clasificación.
La única justificación que hemos localizado a la clasificación en niveles es la siguiente, publicada en este artículo del año 2011: “existe una generalizada tendencia a categorizar los hospitales —según su ámbito geodemográfico y su grado de cualificación de oferta— en tres niveles (I, II y III), identificando el primero con centros comarcales de especialidades básicas, habitualmente con menos de 200 camas“. Y curiosamente habla de tendencia generalizada, nada más.
El rigor en los artículos científicos no pueden ir de la mano de clasificaciones arcaicas o sin base. La solución más lógica sería empezar a usar la clasificación cluster del año 2008, que se basa en este estudio elaborado por la Universidad de Las Palmas, y es la que se utiliza para el CMBD por parte del Ministerio de Sanidad. Para ello, es necesario que exista una publicación oficial con esta división en grupos, y además que los revisores en revistas y proyectos de investigación sean más estrictos y pidan alguna referencia asociada a la clasificación del centro (sobre todo cuando se utilicen los niveles). Sencillo, ¿no?

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