Publicado en ABC Cada vez son más numerosas las evidencias que muestran que nuestro riesgo de desarrollar un tumor se encuentra directamente condicionado por los alimentos que consumimos. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hace tres años un ‘polémico’ informe en el que se concluía que las carnes procesadas, caso de los embutidos, y ‘muy probablemente’ las carnes rojas, aumentan la probabilidad de padecer cáncer, por lo que clasificaba estos alimentos como ‘carcinógenos para los humanos’. Sin embargo, es posible que no se trate solo de qué comemos, sino de cuándo lo comemos. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona alerta de que las cenas tardías o irse a dormir sin dar un tiempo suficiente para que las cenas se hayan digerido adecuadamente aumentan el riesgo de cáncer de mama y de próstata.