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Las enfermedades cardiovasculares están a la cabeza de la mortalidad en el mundo. En especial en los países desarrollados como España. En estos países son responsables del 28,8% de los fallecimientos.
Sin embargo, existen motivos para el optimismo de cara a los próximos años, sobre todo gracias a los avances farmacológicos en las últimas dos décadas en una reducción paulatina de las tasas de mortalidad por infarto de miocardio y accidente cardiovascular.
Estos avances seguirán en el futuro; en la actualidad la industria farmacéutica tiene en fase de desarrollo casi 600 nuevos tratamientos contra las enfermedades cardiovasculares. Se trata, de hecho, de una de las áreas terapéuticas a las que más recursos destinan las compañías farmacéuticas.
Pero en lo que se refiere a los logros conseguidos hasta ahora, y tal como refleja el informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, elaborado por el Instituto Weber, cabe destacar que en el caso de España la tasa de mortalidad por infarto ha caído desde el 6,2 por 10.000 del año 2000 hasta el 3,4 en 2015. Algo similar ha ocurrido con la mortalidad por accidentes cerebrovasculares; ha pasado de una tasa de 9 por 10.000 habitantes hace 20 años a una del 6,1 en 2015.
Los avances en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares han mejorado la calidad de vida y han reducido la discapacidad
Otro estudio, realizado en Estados Unidos, analiza el impacto del uso de fármacos y otras intervenciones médicas en la disminución de la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares entre los años 1980 y 2000. Concluye que el 47% de las muertes evitadas se debieron al beneficio terapéutico de los tratamientos farmacológicos y quirúrgicos; mientras que el 44% se debió a mejoras en los factores de riesgo.
En la misma línea, otra investigación desarrollada en Suiza en 2015 evaluó la relación del impacto de la innovación en medicamentos cardiovasculares con el incremento de la esperanza de vida de estos pacientes. Según este estudio, las personas que consumieron medicamentos cardiovasculares innovadores vivieron más tiempo que los que recibieron medicamentos cardiovasculares más antiguos.
En cuanto a los hipertensivos, otro trabajo en Estados Unidos reveló que, en ausencia de estos fármacos, la tensión arterial media de la población mayor de 40 años habría sido de un 10% a un 13% superior; lo que se habría traducido en un incremento del 4% de las muertes totales y del 9% por enfermedad cardiovascular. Por todo ello, los autores de este estudio concluyen que el uso de antihipertensivos habría incrementado la esperanza de vida en 0,5 años para los hombres y 0,4 años para las mujeres.
En la actualidad existen medidas eficaces para las personas con alto riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular
Al mismo tiempo, tal como se refleja en el informe del Instituto Weber, los avances en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares han mejorado la calidad de vida y han reducido la discapacidad. Cabe destacar, en este sentido, que en la actualidad existen medidas eficaces para las personas con alto riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, como son las terapias combinadas de fármacos (como el ácido acetilsalicílico, el bloqueador beta, el diurético y la estatina), que son capaces de reducir en un 75% del riesgo de padecer un infarto de miocardio entre las personas que presentan un alto riesgo.