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Los estudios demuestran que la artrosis es la principal causa de discapacidad de las extremidades inferiores en adultos mayores y mujeres. Dos de cada tres personas que sufren esta enfermedad son mujeres. Sin embargo, solo se dispone como tratamiento para la artrosis los sysadoas, analgésicos (incluidos los opioides) y AINE.
Los estilos de vida o el aumento de esperanza de vida incrementan la aparición de esta enfermedad. Los estamentos OARSI y la FDA la han catalogado como grave y de gran importancia social. Además, no dispone de cura y limita la calidad de vida de los pacientes que la padecen. Se estima que un 25% de los pacientes no puede desarrollar sus actividades normalmente y un 80% presenta algún problema de movilidad. También se ha descrito que estaría asociada al incremento de riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión arterial y muerte. Diferentes estudios llevados a cabo en los últimos 40 años en Norte América, Europa y Australia, concluyen que la artrosis es una enfermedad tan grave como la artritis reumatoide.
Los pacientes pueden convivir hasta 30 años con la enfermedad ya que no hay terapias disponibles para tratar esta enfermedad crónica y degenerativa. En la actualidad el tratamiento farmacológico cubierto por la prestación farmacéutica del SNS se reduce a sysadoas, analgésicos y AINE. No obstante, estudios advierten que el uso tanto de analgésicos como de antiinflamatorios podría generar problemas de salud añadidos. De hecho, ya a final de la década de los 90, una publicación del New England Journal of Medicine advertía que los efectos adversos a nivel gastrointestinal de los AINE se habían convertido en la tercera causa de muerte en EEUU.
Los Sysadoas son una medicación de larga duración, que ha demostrado reducir el dolor, la rigidez.
Los analgésicos tienen un papel muy limitado. Además, no están exentos de efectos adversos como ha demostrado la práctica clínica. Su uso no puede ser a largo plazo como sí ocurre con los Sysadoas.
Con los AINE y el paracetamol en entredicho, en los últimos años se ha incrementado de forma alarmante el uso de opiáceos para aliviar los síntomas. Los especialistas aseguran que se emplean dosis inadecuadas y de forma crónica. Sin embargo, ante las limitadas alternativas de tratamiento, los médicos aseguran que los sysadoas son una medicación de larga duración, que ha demostrado clínicamente reducir el dolor, la rigidez, y tiene un buen perfil de seguridad.
El condrotín sulfato demostró ser igual que el celecoxib en la reducción del dolor y de la incapacidad funcional. Es una alternativa especialmente útil en el tratamiento de la artrosis, sobre todo en aquellos pacientes con comorbilidades asociadas donde estaría desaconsejado el uso de todas las demás opciones terapéuticas.
Estudios recientes como Delphi, los expertos reafirmaron al condroitín sulfato, solo o en combinación con glucosamina, como un fármaco eficaz para reducir los dolores y el consumo de analgésicos en pacientes con artrosis de rodilla y manos.
