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La Fundación Jiménez Díaz es por quinto año consecutivo el mejor hospital de España. Así consta en la quinta edición del Índice de Excelencia Hospitalaria (IEH), que elabora de forma anual El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada. Acompaña en el Top 3 los hospitales Clínic de Barcelona y de La Paz de Mdrid. Este año el segundo y el tercero han intercambiado su posición. El Clínic recupera esa segunda posición que ya había ocupado en las ediciones de 2016 y 2017 se acerca un poco más ese primer cajón de este informe basado en una encuesta a 2.000 profesionales sanitarios.
El Gregorio Marañón, por su parte, escala dos posiciones para situarse en el cuarto lugar. Le sigue inmediatamente después El Hospital Quirónsalud Madrid, que se mantiene en la quinta posición. En la sexta posición se sitúa el Vall d’Hebron que sube desde el noveno lugar del listado. Le siguen el Clínico San Carlos, La Fe de Valencia, Centro Médico Teknon y Quirónsalud Barcelona.
La Fundación Jiménez Díaz lidera el ránking de IEH cuyos resultados están basado en una encuesta a 2.000 profesionales
El Grupo Quirónsalud mantiene su peso específico en el ránking con cuatro de los 10 mejores hospitales. Además de gestionar la Fundación Jiménez Díaz, es el propietario de los hospitales Quironsalud de Madrid y Barcelona, así como del Centro Médico Teknon.
“Podemos sentirnos orgullosos de que España, el tercer país del mundo con la esperanza de vida más alta (83,3 años), con una de las tasas de mortalidad por causas evitables y tratables más bajas, cuente con uno de los sistemas de mayor calidad y más eficientes del mundo”, afirma Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas. “Sin embargo, y a pesar de que la desigualdad social en materia sanitaria es menos acuciada que en muchos países y de que contamos con un sistema autonómico en el que cada comunidad autónoma presenta unas particularidades y necesidades concretas, necesitamos un sistema cohesionado que sea capaz de dar respuesta, primando intereses sanitarios a políticos e ideológicos, a retos compartidos como las listas de espera, la sostenibilidad del propio sistema o el acceso en igualdad a los avances tecnológicos y las innovaciones terapéuticas”, añade.