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El director del Sloan Kettering Institute (SKI) de Nueva York, Joan Massagué, y su equipo han descubierto cómo consiguen propagarse las células que inician la metástasis. Estas células se sirven de las capacidades naturales del cuerpo para curar las heridas. Este hallazgo, publicado el pasado 13 de enero en la revista Nature Cancer, abre un novedoso campo de estudio sobre la metástasis y cómo tratarla.
“Ahora entendemos la metástasis como la regeneración del tejido equivocado (el tumor) en el lugar equivocado (órganos vitales distantes)”, explica el Dr. Massagué, “esto no es solo una metáfora. Es literalmente cierto en términos moleculares y fisiológicos”. La propagación del cáncer a otras regiones del cuerpo es la causante del 90% de las muertes por cáncer. Pero, hasta ahora, no se sabía mucho sobre lo que hace capaces a las células cancerosas de generar metástasis.
Dr. Massagué: “Ahora entendemos la metástasis como la regeneración del tejido equivocado (el tumor) en el lugar equivocado (órganos vitales distantes)”
Anteriormente había indicios de que los cánceres podrían utilizar vías de curación de heridas para apoyar su crecimiento. En la década de 1980, el investigador Harold Dvorak denominó a los tumores “heridas que no sanan”. Pero los nuevos hallazgos presentan la primera imagen detallada de cómo funciona este proceso en el nivel de células y moléculas. En este sentido, el Sloan Kettering Institute, señala que imagen detallada del proceso ofrece “muchas sorpresas”.
Para que las células cancerosas puedan propagarse, deben conseguir separarse entre sí del tumor, atravesar las capas de tejido que las separan de la circulación, nadar o arrastrarse a una nueva ubicación en el cuerpo a través de la sangre o el líquido linfático, salir de estos vasos, luego echar raíces y comenzar a crecer en la nueva ubicación. Menos del uno por ciento de todas las células cancerosas que se desprenden de un tumor finalmente formarán metástasis, por tanto, es un proceso difícil. Sin embargo, aquellas que lo consiguen, se hacen muy fuertes.
La división de las células con L1CAM era más común en áreas donde se producía una herida
Según explica la doctora Karuna Ganesh, investigadora del Programa de Farmacología Molecular del SKI, “una vez que las células cancerosas aprenden a sobrevivir al estrés de vivir en un ambiente extraño, son muy difíciles de eliminar”, dice Karuna Ganesh, médico-científica del Programa de Farmacología Molecular de SKI y primera autora del artículo.
Para comprender qué permite a estas células sobrevivir a este viaje estresante, se centraron en una molécula llamada L1CAM. Estudios previos del laboratorio de Massagué habían demostrado que es necesaria para que numerosos tipos de células cancerosas hagan metástasis con éxito en los órganos. Los tejidos sanos normales no suelen producir L1CAM, pero los cánceres avanzados sí lo hacen. Hasta ahora, había sido un misterio qué es lo que desencadena la expresión de L1CAM.
Las células iniciadoras de metástasis comparten un marcador de cicatrización de heridas
Al observar los tejidos tumorales humanos con un microscopio, los investigadores supieron que la división de las células con L1CAM era más común en áreas donde se rompía una capa epitelial, es decir, donde se producía una herida. Esto les llevó a preguntarse si se requiere L1CAM para la reparación normal de heridas. Esto ocurre en el intestino después de la colitis, así que usando un modelo de colitis en ratones, descubrieron que, efectivamente, se requería esta molécula.
Utilizaron un organoide tumoral tridimensional para saber exactamente cómo es el proceso de la herida que activa la L1CAM. En él pudieron demostrar que simplemente la separación de unas células de otras, era suficiente para desencadenar la producción de L1CAM. De esta forma, pudieron comprender que las células iniciadoras de metástasis comparten un marcador de cicatrización de heridas.
Actualmente están buscando medicamentos que puedan bloquear la L1CAM y privar a las células cancerosas de su capacidad de metástasis
Una herida en la piel supone la separación repentina de células unidas entre sí, del mismo modo que en la metástasis las células se separan de otras células tumorales. Los investigadores sospechan que las capacidades del cuerpo para reparar heridas equipa a ambos tipos de células (las sanas y las tumorales) para sobrevivir.
Los científicos de SKI piensan que esta conexión entre las células iniciadoras de metástasis y la curación de heridas abrirá caminos prometedores en la investigación. Actualmente están buscando medicamentos que puedan bloquear la L1CAM y, por lo tanto, privar a las células cancerosas de su capacidad de metástasis.