Los recortes económicos no tienen por qué afectar a la calidad de la atención

Entrevista con el Dr. Jaume Padrós i Selma, Vicepresidente 1º del Colegio de Médicos de Barcelona, del que tamgbién fue secretario, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y Medicina del Trabajo. Preguntado a propósito de la reacción de los médicos ante las declaraciones del Gobierno Catalán sobre los recortes a los médicos y a la sanidad catalana.

¿Con que talante está recibiendo el colectivo del Colegio de Médicos de Barcelona la continua serie de  declaraciones, desmentidos y rumores que con tanta frecuencia están realizando algunas autoridades de la Generalitat?
Todo este movimiento al que se alude en la pegunta tiene como fondo la grave y profunda crisis económica que, a todos los niveles, se  está viviendo tanto en nuestro pais como en nuestra Comunidad. Como es fácil deducir, nuestra gran preocupación es pensar cómo va a afectar a nuestro Sistema Sanitario y al conjunto de las prestaciones públicas, cualquiera que sea el lugar en que queramos fijarnos. Esta situación nos preocupa muchísimo porque, por un lado, vemos que se está produciendo una concatenación de toma de decisiones que le afectan directamente, que están generando un cierto desconcierto en la masa general de profesionales sanitarios debido a que, hasta hace poco tiempo, no alcanzábamos a ver hasta donde podía llegar esa masa o serie de recortes y ajustes y como se podían digerir sin que afectaran a la  sanidad asistencial. De ahí que subrayemos el hecho evidente de que los gobiernos que la han desarrollado, tanto en Cataluña como en el resto de España, lo han hecho sobre la base de la confianza que hemos depositado en ellos. En Cataluña no solo ha sido «Convergencia y Unión» sino todos los agentes sociales y, muy especialmente, los profesionales.

Y si hay que aceptar una disminución de los recursos no habrá mas remedio que consensuarlo con los profesionales porque tienen un verdadero sentido de responsabilidad compartida, explicándole siempre a los ciudadanos con claridad cual es la situación, poniendo sobre la mesa cual es la racionalización en los servicios que debe hacerse, estableciendo un  nivel de prioridades. Teniendo en cuenta que si se pudiera  conseguir un mayor nivel de ingresos habría que cuidar especialmente los servicios más importantes.

¿Pueden afectar realmente estos recortes a la calidad de las prestaciones que los ciudadanos necesitan?
No tiene por qué. Ya veremos. Si se hacen adecuadamente no tienen por qué producirse. Lo que que debe hacerse es evaluar debidamente las decisiones que se están tomando. Es obvio que en una situación de crisis ciertas enfermedades como las cardiológicas, cardiovasculares, neurológicas u oncológicas deberán tener siempre una prioridad de actuación y si, a nivel nacional, hubiera que reducirlas, habría desde luego que explicárselo muy bien a los ciudadanos.

Sí vemos que, para un mejor funcionamiento, precisamos más ingresos y tendremos que buscar o habilitar nuevas fórmulas y caminos que nos los proporcionen, teniendo en cuenta que en este caso tendría que transcurrir un tiempo para que podamos disponer de ellos, especialmente si vienen  a través de nuevos impuestos como los ya conocidos del tabaco y del alcohol, que ya se han establecido u otras fórmulas ya conocidas por los partidos como la reforma de Abril Martorel y en Cataluña la conocida como la reforma de la Comisión Vilardel, que puso sobre la mesa fórmulas para obtener más ingresos como la introducción de un copago, que ya tienen establecido  en muchos países europeos, que sirve para regular flujos y aumentar la financiación del sistema, u otros procedimientos en los que podemos muy bien intervenir los profesionales si nos dan un papel más preponderante en la gestión  y una mayor autonomía en la toma de decisiones, así como la posibilidad de replantear los actuales sistemas de organización que, verdaderamente son una necesidad, no un capricho. Así lo están haciendo ya en otros países, a pesar de que, aparentemente, parezca que vamos siempre detrás dando la impresión de que no nos enteramos. Nada más lejos de esa idea. Está claro que todas las  variaciones que se tengan que hacer hay que llevarlas siempre a cabo con la participación de los profesionales. De no ser así, lo que se haga estará abocado al fracaso.

¿Son partidarios de que se establezca en Sanidad un sistema de copago debidamente estructurado y diseñado?
Actualmente tenemos  ya un copago injusto que es el que se tiene establecido a través de la farmacia. Nos parece verdaderamente insólito que se diga que se está desmantelando el sistema cuando hay un conjunto de ciudadanos dotados de ingresos muy justos y se permita que otros, ya jubilados y con un patrimonio alto tenga acceso gratuito y garantizado al cien cien al gasto de farmacia. Esta situación es rotundamente injusta y debe ser contada claramente a los ciudadanos. Para financiar la Sanidad a base de impuestos hay que arbitrar fórmulas que mantengan la equidad y la justicia. Es preciso que se haga teniendo en cuenta las rentas. Solo así se podrá mantener un Sistema Sanitario que pueda ofrecer unas prestaciones dignas.

Estoy a favor del establecimiento de  un copago especial que permita la financiación de determinados servicios, no los considerados como fundamentales.

¿La implantación de la receta electrónica puede proporcionar algún perjuicio o crear alguna dificultad  al profesional que la expide?
No. No debería.

Para evitar determinados intereses corporativos o personales, ¿qué organismo piensa que debería ser el responsable o encargado de su puesta en marcha, regularla o realizar el oportuno control?
El sistema que se está siguiendo ahora es perfectamente válido. Es más, si  tal y como se está haciendo funciona perfectamente. ¿Por qué hay que pensar en que se establezca un sistema nuevo?. Todo se puede mejorar, pero, de momento, no veo la necesidad de cambiar, ni considero que por este camino se añada una amenaza nueva a las que ya tenemos.

Tal y como actualmente está la situación en muchos aspectos, ¿considera que debería producirse un pacto de estado para, como tantas veces se ha dicho, “salvar la Sanidad”?.
Yo no le llamaría así, “salvar la Sanidad”. A mi me parece más correcto y adecuado decir, para mantener la excelencia y hacer sostenible nuestro Sistema Sanitario. Rotundamente sí.

Tiene que haber un pacto, pero no solo de los partidos grandes, sino de todos los que tienen responsabilidad en la gestión el Sistema Sanitario, de los agentes sociales, de la patronal y de los sindicatos y, evidentemente, de los profesionales sanitarios, así como de los ciudadanos para que se puedan corresponsabilizar tambien con el mantenimiento del sistema

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