“Toma el dinero y corre”

El sugerente título de la película de Woody Allen “Toma el dinero y corre” expresa una emblemática idea que se utiliza para decir algo así como “coge lo que quieras y después ya veremos lo que sucede”. Los medios de comunicación airean continuamente casos de personas que tienen esta actitud ante el dinero público, que es el dinero que todos ponemos para financiar los gastos generales de la sociedad, y la ley tiene que perseguirles, con toda su dificultad porque en España la justicia es lenta, farragosa y muy complicada. Algunos saben que no siempre se consigue castigar al que ha cometido un delito y en muchos casos sale prácticamente indemne.
 
Estos días se está juzgando la trama Gürtel por utilización indebida de fondos, Iñaki Urdangarín que parece aprovecharse de todo lo que rodea por ser yerno real, el caso de los ERE de Andalucía y una interminable lista. Cada vez hay más, o mejor dicho, cada vez aparecen más casos.
 
Los Colegios Profesionales como Corporaciones de Derecho Público que son se crean por una ley que determina sus funciones, estructura y funcionamiento y en muchos casos actúan como si fueran empresas públicas. Tiene personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de cada uno de sus fines. Según la propia ley son fines esenciales de estas Corporaciones la ordenación del ejercicio de las profesiones, la representación exclusiva de las mismas y la defensa de los intereses profesionales de los colegiados, todo ello sin perjuicio de la competencia de la Administración Pública por razón de la relación funcionarial.
 
Aunque parecen tener todo muy bien regulado, en ocasiones aparecen sujetos que buscan su propio beneficio. Entre las funciones que corresponden a los Colegios Profesionales no aparece el lucro de los miembros de las Juntas Directivas ni de los Presidentes, cosa que sucede una y otra vez a través de los contratos que firman con compañías de todo tipo, en nombre del Colegio, por ser miembro de la Junta o incluso en nombre propio.
 
A los colegiados de cada Colegio Profesional les iría mucho mejor si los miembros de las Juntas Directivas no fueran personas con necesidad de dinero, de un prestigio que no conseguirían por su propia cuenta o de cualquier otra cosa, y harían bien en elegir a personas que lo que verdaderamente quieren es el beneficio de los colegiados porque donde mejor está el dinero de cada colegiado es su bolsillo y no fuera de él. En muchos colegios profesionales se entra por la puerta y parece un supermercado: seguros, banco, viajes, alquiler de coches, librería, informática, publicaciones… Es como un centro comercial que pagan todos los colegiados ¿parece que el dinero de las cuotas no es suficiente para el desempeño de la actividad colegial?

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