En la historia de la medicina el juramento hipocrático destaca como una de las principales fuentes de la ética médica. “Lo que yo escuche en el curso de un tratamiento, o al margen de este, en relación con la vida de los hombres, que de ninguna manera debiera difundirse, lo mantendré en secreto y consideraré vergonzoso hablar de ello”.
Esta referencia histórica o ética, como quiera llamársele, sirve de base o punto de partida a una de las últimas noticias de carácter médico que acaba de subir al escenario de la actualidad: “Un médico es despedido por revelar detalles de la muerte del cantaor Enrique Morente.”
El doctor Antonio Maudes ha sido despedido de su trabajo en la Clínica de la Luz tras revelar en una entrevista realizada en el programa de ABC Punto Radio “Cada mañana sale el sol”, en la que revelaba ciertos detalles sobre el fallecimiento del conocido personaje. Decisión que, por haberle sido comunicada de forma verbal por el director del Centro, el Dr. Joaquín Martínez, no fue aceptada por el afectado. Hasta tal punto que al día siguiente se incorporó de nuevo a su trabajo habitual, solicitando que la decisión manifestada el día anterior se le comunicara por escrito.
Las mismas fuentes han dado a conocer que el resto de los compañeros del despedido, como medida de presión y solidaridad, están dispuestos a abandonar voluntariamente su trabajo si la dirección del Centro no rectifica y se retracta de su decisión.
El tema se complica si se examina como merece la evidencia de las lesiones cerebrales que se produjeron en el fallecido como consecuencia de la 2ª intervención que fue realizada por otro cirujano.