Indignación creciente en el sector de la investigación español por los recortes en I + D

La decisión de recortar cada vez más en España la inversión en I + D podría provocar un colapso en los Centros de Investigación españoles y afectar de forma muy negativa a los Departamentos universitarios y a una larga macrogeneración de investigadores.

Ante este negro panorama que se avecina, el pasado 5 de marzo, la FJI (Federación de Jóvenes Investigadores) dirigió una carta abierta sobre los Presupuestos Generales del Estado a diversos responsables del Gobierno y a varios Parlamentarios, la firmaban también, entre otras entidades, la Asociación Nacional de Investigadores “Ramón y Cajal” y la ANIH (Asociaciación Nacional de Centros Hospitalarios) Denuncian, además, los graves perjuicios que la ciencia española tendría si se llega a esta postura de retroceso. Una situación de la que se tardaría años en salir, a la vez que nos llevaría a una inadmisible dependencia tecnológica de los países más avanzados, aquellos que , a pesar de la crisis, siguen apostando por mantener sus inversiones en I + D.

La citada carta hace hincapié en que los PGE, próximos a presentarse para su estudio y debate, serán una prueba palpable del compromiso que ambas personalidades suscribieron el pasado año al aprobar la nueva Ley de Ciencia, Tecnología y la Innovación, en la que se recoge la necesaria apuesta por la investigación y la innovación como camino irrefutable para alcanzar una economía basada en ese conocimiento que permita garantizar un crecimiento más equilibrado. Esta preocupación ha crecido en los sectores relacionados con el tema, a raíz de la supresión del antiguo ministerio de Ciencia y Tecnología. 

Son multitud los estudios continuamente realizados en cuyas conclusiones se declara la importancia que tiene la inversión en I +D + I como motor del crecimiento de la productividad:

  • A nivel de la empresa. La intensidad en I + D + I de una empresa está correlacionada positivamente con el crecimiento de sus ventas, su productividad y hasta en su valor de mercado.
  • A nivel de mercado. Los estudios realizados en el mercado de EEUU y la UE sugieren un incremento de un 1% en el stock de conocimiento. Incrementa la productividad entre un 0,05% y un 0,25% a largo plazo. Para España dichos estudios sugieren un rango de valores semejantes.

El reciente estudio “Sources of U.S. Economic Growth in a World of Ideas” (2001) sugiere que, en torno al 50% de la productividad del trabajo en EE. UU. (periodo 1950-1993) se debe al incremento de la intensidad investigadora de los países pertenecientes al G-5

Las políticas de de inversión en I + D + I contribuyen a crear más empleo y de mayor calidad. Directamente en los sectores de alta tecnología e intensivos en conocimiento tienen tasas de empleo mayores que los sectores tradicionales. Indirectamente la I + D + I tiene efectos positivos sobre la productividad de otros sectores. Los países con mayor crecimiento de productividad tienen un mayor crecimiento de empleo.

La UE ha relanzado recientemente los conceptos que contiene la “Estrategia de Lisboa” para el crecimiento del empleo, resaltando la I +D + I como una pieza central. Estima también que alcanzar los objetivos de Lisboa supondría un aumento adicional de la renta en términos reales de un 3% y un aumento adicional del empleo de un 1,4% en 2010.

Los objetivos de dicha “Estrategia “eran que se produzca en la UE una inversión del 3% del PIB en I + D, así como más participación privada. Que al menos el 2/3% de esta inversión proceda de esta vía.

Otras voces se han sumado a esta idea, como la del representante de CCOO en el CSIC, Emilio Criado, en la conferencia que pronunció el pasado 1 de febrero en dicha entidad, sobre la situación española en los actuales momentos de crisis. Los datos que aportó, como podrá verse a continuación, son bastante elocuentes:

  • La situación de los presupuestos para investigación en España durante 2011 ha descendido a los niveles de 2006.
  • Esta exigua participación privada en la inversión puede estar propiciada por una política que destina bastante más porcentaje de los PGE a recursos financieros en forma de créditos y herramientas financieras que a recursos propios, con un volumen de activos financieros casi tres veces superior al resto de partidas, aparte de la consideración de que el suprimido ministerio dejó sin ejecutar un 20% de dicho crédito. Circunstancia que abre directamente la puerta para dar entrada a tres importantes cuestiones. ¿Hay falta de interés por la investigación en España? ¿Hay mala selección de las áreas a investigar? y ¿No hay empresas investigadoras en España?
  • La Ley de Economía Sostenible del Gobierno de Zapatero tenía como aspecto positivo el hecho de que obligaba a que las transferencias de conocimiento de la investigación de las empresas tuviera lugar a precios de mercado, con lo que se le daba más importancia y valor a la labor de los investigadores.
  • En cuanto a los posibles recortes que puedan efectuarse, el ponente opina que la desaparición de la palabra “ciencia” del ministerio, es una señal de la disminución de la importancias dada a la política científica por el actual Gobierno y teme que se vuelva a anteriores decisiones como la de que sean las propias empresas las que decidan el uso de los fondos dedicados a la investigación básica.
  • El contenido de la Ley de la Ciencia supone una deriva hacia la reducción de la investigación básica. Actitud que se agrava por el hecho de no tener en cuenta a las comunidades autónomas, ni hay coordinación entre los distintos organismos públicos de investigación y universidades, permitiendo una duplicidad de agencias de financiación pública/privada, ni incluye compromisos financieros plurianuales, ni resuelve el problema del desarrollo limitado de la carrera investigadora.
  • En cuanto al apartado del CSIC, hace un examen pormenorizado de sus actuales recursos humanos, cuantificándolos en estas cifras: 3.200 científicos en plantilla, 2.500 técnicos/tecnólogos temporales, 1.500 JAE, 3.000 becarios (todo en cifras aproximadas) Hay pues, como podrá deducirse, un claro desajuste entre el número de científicos, que ha crecido en los últimos años –buena noticia- , así como el de técnicos y personal de apoyo, con lo cual no se acaba de aprovechar el potencial científico. Dándose la circunstancia deque la media de edad se cifra en 49 años, cuando debia ser 38. Las malas condiciones de consolidación, la falta de objetivos comunes y la acusada divergencia de salarios/evaluación son circunstancias que agravan los problemas.
  • El gobierno del CSIC tiende a una gestión presidencialista, lo que da lugar a una menor participación de los trabajadores en los órganos de gobierno.
  • Continuando con el posible destino de los recortes, Emilio Criado opina que estos irán a las infraestructuras o gastos corrientes, con lo cual se producirá un significativo parón en los edificios en construcción, o, por lo menos, un retroceso en el número de los que se inicien. Estancamiento de plantillas dado que la I + D + I no se considera una cuestión estratégica, con lo cual nuestra capacidad competitiva disminuirá considerablemente

Todo este panorama –bastante negro como claramente puede apreciarse- hace que, España, en este aspecto, esté por debajo de la media europea en inversión para investigación; reducción de 4,2% en 2010 y un 7,38% en 2011 y para este año se baraja un 8,65%. Los organismos públicos de investigación (OPI) que agrupan a unos 140 centros científicos han sufrido una reducción del 30%.

Basta echar una simple ojeada a los países de nuestro entorno para corroborarlo:
Francia, por ejemplo ha anunciado un paquete de estímulo de 35.000 millones de euros para investigación. Alemania incrementará hasta 2015 en un 5 % el presupuesto de sus principales organismos de investigación.

En los tres últimos años la Oferta Pública de Empleo ha castigado demasiado duramente a las empresas de investigación, dado que han sufrido una drástica reducción en el número total de personal.

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