..Juan Pablo Ramírez.
La prevalencia de la artrosis crece año tras año debido al envejecimiento de la población. Esta enfermedad camina también hacia la personalización del tratamiento. Así lo explica en esta entrevista a iSanidad el Dr. Jesús Tornero Molina, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Guadalajara y profesor asociado de Medicina de la Universidad de Alcalá. El especialista destaca la importancia de medir y evaluar el dolor para tratar al paciente desde el punto de vista farmacológico.
¿Cuál es la incidencia de la artrosis en España y cómo ha evolucionado?
La incidencia es altísima. Un estudio reciente de la Sociedad Española de Reumatología muestra que la artrosis de columna es del 15% en la población adulta; la de rodilla, del 10%; la de manos, del 6%… Continúa aumentando la prevalencia porque la población envejece y uno de los grandes factores de esta enfermedad es la edad.
Se habla cada vez más de una personalización en el abordaje de la artrosis. ¿Cómo es el diagnóstico de la enfermedad?
El diagnóstico es clínico. Son los síntomas que nos cuenta el enfermo y los hallazgos que detecta el médico en la exploración los que permiten el diagnóstico de la enfermedad. Las pruebas complementarias son bastantes sencillas. La radiología simple puede servir. No hace falta resonancias ni ecografías. No por pedir muchas pruebas se es mejor médico o se acierta más. La base del diagnóstico en medicina en general y en la artrosis en particular sigue siendo la pericia clínica del médico.
Los biomarcadores están cada vez más presentes. ¿Cómo va a evolucionar en el futuro?
Tiene que evolucionar mucho. Se trata de identificar compuestos medibles en sangre y orina procedentes del órgano dañado, que en este caso es el cartílago, que pudieran de alguna manera identificar las fases precoces de la enfermedad antes de que aparezca el síntoma, o cuando la enfermedad ha aparecido, se pudiera de alguna manera cuantificar la progresión del daño. Todo esto se encuentra en una fase muy preliminar. Son datos experimentales y no se encuentran incorporados al diagnóstico clínico.
La primera personalización consiste en perfilar el tipo de dolor que tiene el paciente
¿Qué otros pasos se pueden dar en la personalización del tratamiento de la artrosis?
Como toda enfermedad, identificar los síntomas y el tipo de dolor. Muchas veces los pacientes con artrosis tienen dolor por la lesión tisular, por la lesión cartilaginosa o por la lesión estructural-articular. Hay veces que pueden existir componentes neuropáticos en el dolor. Esto es la primera personalización, perfilar el tipo de dolor que tiene el paciente.
Es muy importante hacer una historia del ámbito laboral, doméstico y deportivo. Las tareas domésticas a veces no son nada desdeñables, por un lado. Por otro, estamos viendo que el deporte es adictivo y en un principio es positivo porque durante la actividad deportiva se liberan endorfinas y las personas se siente mejor pero no se puede realizar la misma actividad deportiva a los 20 años que a los 50. Esto a veces no se tiene en cuenta. Es importante concienciar a la persona de que tiene que adaptar su capacidad cardiológica y vital al tipo de ejercicio. Finalmente, el ámbito laboral. Es muy importante revisar las tareas del enfermo y la carga física que influye en el aparato locomotor.
En las historias clínicas no se recoge a veces la profesión o la tarea que realiza el enfermo. Es muy importante además evaluar y medir el dolor, realizar una metrología del dolor y tratar desde el punto de vista farmacológico al paciente conforme a esta.
El abordaje del paciente debe ser siempre multidisciplinar. En cada nicho o especialidad existen opciones
¿Cómo podemos medir el dolor?
Normalmente, usamos escalas análogo visuales o escalas numéricas verbales. Es decir, se le ofrece al paciente una graduación de la intensidad del dolor que va de 0 a 100 en la escala análogo visual en un segmento que mide 100 mm. Y el paciente tiene que señalar en ese segmento la intensidad de ese dolor.
Existe un factor hereditario, ¿cómo se está realizando el seguimiento de los pacientes?
La artrosis que se transmite de forma hereditaria es la de manos. Suele darse con mayor frecuencia en las mujeres. Se identifica el perfil de riesgo en función de sus antecedentes familiares. Desgraciadamente, no hay ninguna intervención que en una persona con riesgo por carga genética alta de desarrollar la artrosis de manos pueda prevenir la aparición de la enfermedad. Debemos dejar bien claro que el tratamiento de la artrosis es sintomático. No existe ninguna intervención médica que pueda frenar la progresión de la enfermedad.
Se habla cada vez más de un abordaje multidisciplinar, ¿qué papel juegan las unidades de dolor?
Creo que las unidades de dolor tratan el síntoma cuando han fracasado otras intervenciones farmacológicas o de terapia física. Pueden aportar técnicas invasivas de tratamiento del dolor. Es decir, por ejemplo, realizar bloqueos o hacer intervenciones con radiofrecuencia sobre la columna vertebral, neuroestimulación… El resto de intervenciones farmacológicas o de terapia física pueden ser desempeñadas por otras especialidades como reumatología, traumatología, rehabilitación… El abordaje del paciente debe ser siempre multidisciplinar. En cada nicho o especialidad existen opciones de aportación de intervenciones que pueden mejorar al paciente.
Es muy importante además evaluar y medir el dolor, realizar una metrología del dolor y tratar desde el punto de vista farmacológico
¿Cómo es la coordinación con atención primaria?
El médico de familia es fundamental, es la puerta de entrada, el que recibe al paciente y debe establecer la sospecha clínica de la enfermedad. Parece claro que la gran bolsa de pacientes en España hace inviable que su seguimiento se pueda realizar por unidades especializadas. El seguimiento día a día lo debe realizar el médico de familia y se está realizando muy bien. Debemos coordinarnos muy bien las diferentes especialidades. ¿Qué puede aportar la reumatología? Puede aportar la evaluación de los pacientes complejos en los que exista alguna sospecha diagnóstica, aportación e interpretación de pruebas sofisticadas y una formación continuada del médico de familia en un mejor diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
¿Cómo ha afectado el confinamiento a estos pacientes?
La artrosis necesita de una terapia física y en ella el ejercicio y la tonificación muscular son muy importantes. Durante el confinamiento, las personas no podían hacer ejercicio, no podían salir a la calle y, como consecuencia de un menor consumo de calorías, han aumentado su índice de masa corporal. Esto ha empeorado a muchos enfermos. Hay una relación clara entre la artrosis de rodilla y el peso corporal.
En colaboración con Pfizer