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La malnutrición tiene una alta incidencia en los pacientes oncológicos y es un factor del mal pronóstico. Por ello, el Hospital Universitario General de Villalba ha organizado, junto a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), la ‘Jornada online de Nutrición para el paciente oncológico’. Durante el evento, se analizaron los mitos más frecuentes relacionados con la nutrición del enfermo de cáncer. Además, se destacó la importancia del ejercicio físico en este grupo de población.
La incidencia de la malnutrición oscila entre el 15 y el 40% en el momento del diagnóstico del cáncer
“La incidencia de la malnutrición oscila entre el 15 y el 40% en el momento del diagnóstico del cáncer”, ha explicado la Dra. Ana Herrero, jefa adjunta del Servicio de Oncología del centro. Asimismo, ha añadido que “la desnutrición es un indicador de mala respuesta al tratamiento y de disminución de la supervivencia”. Los pacientes con más riesgo de desnutrición son aquellos que tienen tumores de cabeza y cuello, esófago-gástrico, de colon o de páncreas. Así como, aquellos sometidos a grandes cirugías, sobre todo en el aparato digestivo.
Según Sanz, la la única dieta que ha demostrado ser beneficiosa para la salud es la dieta mediterránea
Durante la jornada, Enrique Sanz, dietista-nutricionista clínico del Hospital General de Villalba, ha repasado las falsas creencias. Además de las principales recomendaciones en torno a la alimentación del paciente oncológico. “En Internet encontramos muchísima información y consejos basados en mitos, creencias irracionales y sin evidencia científica”, ha recordado. En este sentido, ha advertido que no existe ningún “súper alimento” ni combinación de alimentos que cure el cáncer. Según ha indicado, la única dieta que ha demostrado ser beneficiosa para la salud es la dieta mediterránea.
Entre los mitos más extendidos se encuentra la creencia de que el agua con limón cura el cáncer. Por otro lado, que el azúcar “lo alimenta”. También, que los productos integrales engordan menos o que la sacarina es cancerígena. Según ha señalado Sanz, todas estas afirmaciones son falsas. Así, ha apuntado que “los suplementos nutricionales no son necesarios en personas que lleven una dieta equilibrada. Por ello, no se recomienda su uso”.
Entre los mitos más extendidos se encuentran la creencia de que el agua con limón cura el cáncer, que el azúcar lo alimenta o que la sacarina es cancerígena
Entre las principales recomendaciones, Sanz ha subrayado: “Realizar cinco comidas al día, procurando tener horarios más o menos fijos. Seguir el método de plato saludable. Es decir, 50% de hostilizas y verduras, 25% de proteínas y 25% de carbohidratos. Evitar el consumo de azúcares libre y alimentos y bebidas con azúcares añadidos. Elegir alimentos ricos en fibra. Limitar el consumo de bebidas alcohólicas. Evitar fritos y asados a la parrilla. Por último, moderar el consumo de carne roja”.
Ejercicio físico para pacientes oncológicos
Por su parte, Soraya Casla, responsable de la Unidad de Ejercicio Físico de la AECC, ha abordado la importancia del ejercicio físico para el paciente con cáncer. Asimismo, ha destacado los beneficios que produce en este grupo poblacional y en las diferentes fases de su proceso.
Realizar ejercicio físico regular puede mejorar la tolerancia al tratamiento del paciente oncológico, ayudar a la recuperación de las secuelas y mejorar su calidad de vida
Así, numerosos estudios demuestran las ventajas de la actividad física en la prevención del cáncer. “En 2016 se vio que aquellas personas que hacían al menos 150 minutos de ejercicio físico a la semana reducían entre el 15 y el 20% el riesgo de tener hasta 26 tipos de tumores, con una reducción significativa en 13 de ellos”, ha asegurado.
Además, el ejercicio físico también ayuda a paliar los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer. En concreto, Casla ha recomendado realizar ejercicio físico cardiovascular moderado y ejercicio físico de tonificación tres veces por semana durante 30 minutos en cada uno de los dos casos.