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Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han propuesto una terapia diferente para los pacientes con los tumores cerebrales más frecuentes y agresivos, los gliobastomas, basada en la combinación de de temozolomida, que ya se utiliza como tratamiento de primera línea en estos pacientes, y dianhidrogalactitol, fármaco en fase de ensayos clínicos y ya aprobado para el tratamiento de otros tumores. Los investigadores han observado que los ratones con tumores cerebrales sobreviven más tiempo cuando se les trata de forma simultánea con ambos fármacos.
La terapia propuesta en el estudio frente a los gliobastomas combina temozolomida con un nuevo fármaco, dianhidrogalactitol
El trabajo del equipo liderado por Missimo Squiatrito, jefe del Grupo de Tumores Cerebrales Fundación Seve Ballesteros del CNIO, se ha publicado esta semana en la revista Molecular Cancer Therapeutics de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer. La investigación ofrece una nueva forma de tratar este tipo de tumores cerebrales, cuya tasa de supervivencia apenas ha aumentado en los últimos 50 años. Según explica Squatrito, para los gliobastomas “no hay tratamientos efectivos ni marcadores de respuesta al tratamiento o de la generación de resistencias”.
Los investigadores han puesto el foco en el fármaco dianhidrogalactitol. Según explica el CNIO, es un quimioterápico capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y alcanzar el sistema nervioso central, donde induce daño en el ADN de las células tumorales. Actualmente el dianhidrogalactitol se está testando en ensayos clínicos para gliomas y otros tipos de cáncer como el de ovario. En China ya se ha aprobado para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda y el cáncer de pulmón.
Los ratones con gliobastomas sobreviven más tiempo con la terapia combinada de temozolomida y dianhidrogalactitol
Los resultados de este estudio demuestran que la combinación de temozolomida y dianhidrogalactitol actúa de forma sinérgica in vitro sobre células tumorales. Se ha observado un menor crecimiento de estas células respecto a cuando son tratadas con estos fármacos de forma individual. Los ratones tratados con temozolomida y dianhidrogalactitol sobreviven más tiempo, según explican los investigadores.
“Los resultados que hemos obtenido con este estudio son extremadamente interesantes ya que podrían suponer una mejora sustancial en la evolución de estos pacientes”, dice Squatrito. “Ahora urge llevar estas investigaciones a la práctica clínica para comprobar si esta combinación de fármacos incrementa la supervivencia; ambos fármacos están a disposición clínica, lo que podría acelerar los tiempos en esta nueva aproximación”.
Dr. Squiatrito: “Urge llevar estas investigaciones a la práctica clínica para comprobar si esta combinación de fármacos incrementa la supervivencia”
En la actualidad, el principal y casi único tratamiento para los glioblastomas es la combinación de radioterapia con el agente de quimioterapia llamado temozolomida, previa resección quirúrgica de la masa tumoral. Como la mayoría de las quimioterapias empleadas, la temozolomida induce daños en el material genético de las células tumorales, induciéndolas al colapso y muerte celular. Sin embargo, en casi la mitad de los pacientes, este tipo de tumores se vuelven resistentes a este fármaco y el tumor continúa creciendo incluso bajo tratamiento.
¿Qué ocurre en los pacientes con glioblastoma para dejar de responder a la temozolomida? Squatrito y su equipo arrojaban luz sobre esta importante cuestión el año pasado. En un trabajo publicado en la revista Nature Communications explicaban cómo algunos glioblastomas producen reordenamientos genómicos en el gen de reparación de ADN MGMT. Esto aumenta su producción, repara el daño inducido en el ADN por la temozolomida y el tumor consigue crecer y esquivar el tratamiento.
Dr. Jiménez-Alcázar: “Nuestros datos demuestran que el dianhidrogalactitol podría ser un tratamiento efectivo que elude los mecanismos de resistencia que aparecen en el tratamiento con temozolomida”
En el trabajo publicado ahora, los investigadores han estudiado en profundidad la resistencia a temozolomida. Para ello han usado líneas celulares de glioblastoma que tienen silenciados distintos genes clave. Los resultados ponen de relieve cómo estas resistencias no solo dependen del gen MGMT, sino que también pueden estar mediadas por fallos en la ruta MMR (de reparación del ADN). De esta forma, cuando alguno de sus componentes está alterado, las células tumorales acumulan mutaciones que les confieren la capacidad de esquivar los efectos de la temozolomida.
Los investigadores señala que los resultados del estudio recién publicado apuntan a que los efectos anticancerígenos del dianhidrogalactitol son, a diferencia de la temozolomida, independientes del gen de reparación de ADN MGMT y de la ruta MMR. “Nuestros datos demuestran que el dianhidrogalactitol podría ser un tratamiento efectivo que elude los mecanismos de resistencia que aparecen en el tratamiento con temozolomida”, explica Miguel Jiménez-Alcázar, primer firmante del artículo.
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